EL PRI DEL SIGLO XXI

Hoy estamos ante una oportunidad histórica que la adversidad nos brinda, la de transformarnos hacia el futuro construyendo adecuadamente el presente.
Hoy tenemos el horizonte abierto para construir el partido que requiere la sociedad y el partido que reclaman sus militantes.
Vivimos en un tiempo de cambios muy importante independientemente de la crisis en la que nos podamos hallar, hay un nuevo paradigma, se renuevan valores, en poco tiempo han cambiado muchas cosas.
Pareciera que hoy aún no salimos del golpe electoral, que deambulamos extraviados por un lado en buscar culpables -que los hay sin duda-, otros en buscar cómo salvar algunos privilegios y prebendas, y lamentablemente se aferran a ello como náufragos a la deriva. En lugar de ver que parte de lo que queda del partido -que es mucho- nos sirve para reconstruirlo o cambiarlo y dejar claro cuál será nuestra propuesta como partido de oposición ante lo que parece ya vislumbrarse como una dictadura presidencial.
Muchos militantes han puesto en la balanza que no tenemos otras opciones que: cambiarle el nombre, siglas, eslogan, modificar los estatutos, que las candidaturas sean de elección directa, que no aceptemos ciudadanos externos, que no sea un partido para los Juniors sin méritos, etc. etc.
Nuestro partido tampoco debe ser de dinosaurios disfrazados de modernistas o de demócratas, pero tampoco de tecnócratas trasnochados y alejados de la realidad social.
Necesitamos encabezar las demandas sociales y la gestión ciudadana, de las cuales nos alejamos lamentablemente; pero no la gestión que sirve para beneficio personal o para enriquecer a los gestores.
Se pide que se acabe con la simulación del activismo y la compra de liderazgos y desde luego con quien usa las candidaturas, no para competir, sino para quedarse con el dinero de las campañas y de las estructuras.
No debemos confundir, ser una oposición responsable, con ser una oposición sumisa, no más legisladores y regidores entregados en acuerdos en lo oscurito; deben existir reglas claras para la rendición de cuentas de todos los que tenemos un cargo de elección popular.
Estos y muchos otros reclamos y propuestas son válidos sin duda alguna; pero pueden quedarse aislados si no somos capaces de articular todas las voces, todas las visiones en un proyecto profundo de transformación política, social y estructural que requiere nuestro partido.
Si bien la legalidad estatutaria da continuidad jurídica, también se debe tener presente una ética de responsabilidad que se asume en cualquier rol de la Política ante resultados paupérrimos, (cualquier director, gerente de empresas o director técnico ante malos resultados se van, independientemente de que tengan un contrato legal).
Los cambios que se requieren son urgentes y deberán ser tratados en un trabajo profundo y amplio de participación; de sus militantes, de grupos de la sociedad, un debate de altura entre los exponentes más preparados, ideólogos y estrategas del partido, sí con orden y planeación, pero sin barreras burocráticas que impidan la libre expresión respetuosa de las ideas y de las propuestas.
La militancia exige rendición de cuentas y esta debe darse, no como un ajusticiamiento a priori, basado en que tú no pudiste y hoy me toca a mí, sino mediante el análisis profundo de cuáles han sido nuestros errores pero también nuestros aciertos en los últimos años. Todos quienes tenemos algún cargo partidario o de elección popular somos corresponsables en distinta medida de los resultados electorales.
Es necesario impulsar un gran movimiento que genere la transformación del PRI.
Nuestro partido no está muerto ni agoniza, tiene una gran estructura aún, militantes en todas las regiones del país, gobernadores, diputados federales, locales, Senadores, presidentes, regidores etc.
Requerimos iniciar el trabajo de análisis y reflexión de propuestas concretas y viables, del aprendizaje doloroso que nos dejó el último proceso electoral, y la lección que nos da la sociedad por alejarnos y no entender por donde ellos ya transitaban y desde luego por alejarnos de la militancia y no respetar los principios y documentos básicos de nuestro partido.
Otro gran problema que tenemos; la lucha interna partidaria, es más dramática que la lucha entre partidos, quiere decir esto que la lucha al interior del partido significa formas de enfrentamiento y de confrontación más radicales que aquellas que se dan en la confrontación y enfrentamiento con otros partidos, dando la impresión al interior del partido de una lucha a muerte, en muchos casos eso también está dando lugar como consecuencia, a la simulación partidaria, no quedé yo , entonces hago como que te ayudo.
Hace falta fortalecer los nuevos liderazgos, que tienen capacidad e interlocución con grupos de la sociedad, hace falta una mayor formación ideológica de nuestros cuadros, debemos de convocar, consensuar, consultar para modernizar al partido, pero tomando en cuenta a los militantes, a la sociedad, para que nos digan hacia donde debe dirigirse el PRI.
Hay un reclamo social que no podemos ignorar, combatir y desterrar la corrupción y la impunidad, ejemplos tuvimos recientes en gobernadores nuestros y otros militantes, actos verdaderamente vergonzantes.
Reconocer que no supimos comunicar las grandes y trascendentales reformas estructurales por un lado y por el otro no fuimos capaces de dar respuesta adecuada a los casos de Ayotzinapa, de la casa blanca y de Pemex entre otros. Hablar de frente a la corrupción, de frente al descredito, de frente al clima de ingobernabilidad creciente, de frente a la inseguridad en las grandes capitales y en las colonias más pobres, este, es un problema que lacera y no supimos afrontarlo.
Si no somos capaces de abrir al análisis y reflexión de nuestro partido de manera rápida y sin barreras, entonces si podemos iniciar el final, si no somos capaces de impedir que el partido quede en manos de quienes lo han mermado y cuyo interés no solo es lo político, sino económico y de prebendas, si no somos capaces de salir y dar la cara a la militancia y a la sociedad y pensamos que estar encerrados va a solucionar nuestros problemas: entonces si estaremos cavando la tumba de nuestro partido a corto o mediano plazo.
La reflexión, el análisis, las consultas, las propuestas deben iniciar hoy, no hay más tiempo y estas deben contemplar acciones a corto, mediano y largo plazo.
Por ejemplo, trabajar en grandes ejes que incluyan temas y subtemas inherentes a los mismos entre otros:
1.- Documentos Básicos del Partido: Estructura Orgánica y Operativa, selección de candidatos.
2.-Vinculación con la Sociedad.
3.-Políticas públicas, el partido y su relación con los gobiernos.
4.-El partido del siglo XXI y su entorno Mundial.
Una vez más y con todo responsabilidad lo digo, vamos a llegar tarde a la historia moderna si no somos capaces de iniciar hoy mismo la gran tarea para transformar al partido, una vez más llegaremos tarde, si no aprendemos de Plutarco Elías Calles, de Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho. Quienes tuvieron la visión de futuro para crear y transformar a nuestro partido cuando vislumbraron el cambio que se estaba gestando en la sociedad.
Entonces si no lo hacemos hoy; llegaremos tarde como partido al futuro, cuando ya esté más o menos configurada la nueva realidad política y nosotros si es que aun persistimos, seremos uno más del montón, si no es que desaparecemos.
Para terminar Cito a Max Weber quien decía que “hay dos formas de hacer de la política una profesión, se vive “para” la Política o se vive “de” la Política”, en este contexto habría que preguntarse ¿se está haciendo Política? o ¿se está viviendo de la política? ¿O quieren vivir solo del partido?