2019, un año para pensarnos, despensarnos y repensarnos

Por: Gerardo A. Herrera Pérez
2018 no será un año más, fue un año en el cual se adquirieron experiencias, nuevas vivencias, formas de interpretar lo estético y de buscar en un permanente la felicidad. Este año que concluyó nos deja lecturas de lo aprendido, fortalezas y sin lugar a dudas formas de acceder a nuevas posibilidades de comunicación y compromisos sociales.
2018, nos deja una estela de feminicidios en el País, de crímenes de odio por homofobia, bifobia y transfobia, también nos evidencia que sigue la corrupción galopante, la desigualdad social, la violación a los derechos humanos, la pobreza, la precariedad, las asimetrías del poder y una gran necesidad de empleo ingreso entre los jóvenes. Nos deja una lectura de diferencia de trato social, de una pésima distribución de la riqueza social y de problemas locales con la perspectiva de género y con las cuestiones de interculturalidad.
2018 también nos señala que el Neoliberalismo y la globalización se encuentran transformando la realidad social; las masculinidades se transforman tanto en el campo, como en la áreas urbanas; el acceso de las mujeres a actividades productivas y remuneradas las empodera y eso permite conjuntamente con la migración, y otros procesos de mercado que presionan a los jóvenes y los hagan hedonistas, narcisistas, hiperindividuales e hiperlibertarios, formando a perfiles con valores en lo personal, en lo individual, pero no en lo colectivo, en lo solidario; situación por la cual hay que seguir trabajando en la formación de masculinidades con mayor participación social y familiar.
2018 marcará un año importante en la vida de muchas personas, fue un año en donde se decidió la nueva forma de administrar la riqueza de este país, fue un año que marcara el inició de los cambios, y donde deseo que al Presidente López Obrador le vaya muy bien en su administración; fue un cambio de alternancia del poder en donde espero una mayor participación social y de seguimiento a gobiernos abiertos, donde la sociedad realice el control del ejercicio de transparencia y rendición de cuentas.
2018, fue un año importante para muchos perfiles que participaron en los procesos electorales y que dirigieron su mensaje de paz, de cohesión social, de igualdad y no discriminación, de perspectiva de género, de respeto a los derechos humanos y libertades; estos perfiles lograron penetrar en miles de personas que escucharon la importancia de un discursos equilibrado de una mayor participación ciudadana, sin manipulación y con la más amplia disposición dejando de lado la pasividad.
Para este 2019, habrá que fomentar la participación ciudadana, la participación comunitaria; habrá de hacer efectiva la escalera de la participación, y con ello, la sociedad deberá hacer conciencia para dejar de lado la pasividad e iniciar escalar a mejorar su participación formando grupos de trabajo, de ser el caso, o como comunidad, para responder a objetivos predeterminados por proyectos a impulsar para mejorar sus condiciones de vida. Así, estos grupos organizados habrán de participar en la formulación, implementación y evaluación de proyectos de todo tipo; a la vez estos procesos permiten fortalecer acciones y procesos de enseñanza-aprendizaje sistemáticos y estructurados, y la toma de control de forma progresiva de los proyectos que implementen. Los proyectos pueden ser sociales, culturales, económicos, ambientales, todos ellos con ejes transversales de respeto a los derechos humanos, igualdad y no discriminación, perspectiva de género e interculturalidad, además de respeto al medio ambiente, y respeto a la diversidad cultural, social y sexual.
En materia de derechos humanos, sobre la cual he trabajado por años, considero que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Michoacán y otras entidades más que atienden a grupos sociales, tiene la gran oportunidad de impulsar actividades focalizadas de promoción de comunidades de aprendizaje para impulsar proyecto para la cultura de los derechos humanos y las libertades, sobre todo en aquellas regiones que han sido más violentamente atacadas por el crimen organizado o donde los feminicidios han sido recurrentes. Hacerlo permitirá cumplir con sus propósitos institucionales de la CEDH.
También la CEAV en Michoacán tiene la oportunidad de trabajar con las problemáticas diversas por las que atraviesan las víctimas del delito, cumpliendo el mandato de ley, pero permitiendo ese acompañamiento no solo jurídico, de salud, psicológico o de reparación del daño, sino de integración a la sociedad. Modelos de comunidades de aprendizaje nos permiten fortalecer el tejido social.
2019 será un año para trabajar en la cohesión social, donde las autoridades deberán de cumplir con los mandatos legales, pero en su actitud deberán de dejar de ser soberbios, pagados de si, déspotas, prepotentes, corruptos, para demostrar que pueden ser “humildes”, “caritativos”, actuar con la “fe” y la “esperanza” en trabajar para generar la confianza en las relaciones de la sociedad con la autoridad y generar condiciones para la gobernanza.
Pero igualmente deberán promover las condiciones de impulsar una identidad social, en la cual se sumen como uno solo, gobierno y sociedad. Confianza e identidad son ingredientes básicos para la cohesión, pero no suficientes, si ello no se da en un contexto ético, de valores, de principios. Me refiero a los valores de solidaridad, Cooperación, altruismo y tolerancia, hoy ampliamente desfasados por el hedonismo, narcisismo, la individualidad, la libertad y un mercado que maneja y controla el ocio de las personas y en el cual están vinculados los jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Estos ingredientes podrán ayudar si es que existe y se da la convivencia, si una convivencia que privilegia el dialogo, que avanza en la tolerancia, y que permite el respeto de los diferentes, para alcanzar la paz social.
Conozco a cientos de organizaciones de la sociedad civil, todas ellas, bien intencionadas, todas ellas luchando por sus causas, todas ellas enamoradas de sus proyectos, y todas ellas trabajando con sus recursos; la oportunidad de que el Gobierno y la sociedad civil organizada ofrezcan una vía para el trabajo en común y en beneficio social, es una de las causas que estamos esperando se dé. Hoy la sociedad civil organizada requiere de un mayor compromiso del Gobierno, requiere que el mandato de ley que obliga al Gobierno Federal y Local se instrumente en los hechos y no en el discurso.
Existen organizaciones que un amplio prestigio y respeto social, que se han ganado por su trabajo honesto, dedicado, y sobre todo de promoción a los derechos humanos, Uno en Voluntad A.C. y Mujeres de Acero el reconocimiento y prestigio de la sociedad civil; pero también otras que impulsan acciones de género, diversidad social, cultural y sexual, como de derechos humanos, contra la discriminación, ambientales y de respeto a la naturaleza que realizan un estupendo trabajo.
Por ello, considero que 2019, debe ser considerado el año de la sociedad civil, un año para promover la participación social, para impulsar la cohesión social, un año para promover los valores de solidaridad, cooperación, altruismo y tolerancia. Un año para buscar mejorar la confianza entre la autoridad y la sociedad.