El elogio a la locura…El Plan de Seguridad de AMLO (Parte II) : ¿El fin de la policía como seguridad civil?

 El elogio a la locura…El Plan de Seguridad de AMLO (Parte II) : ¿El fin de la policía como seguridad civil?

Por: José Alberto Guerrero Baena

Andres Manuel López Obrador y Morena, saben que tienen aplanadora en el Congreso para cambiar cualquier tipo de ley que se tenga enfrente; desde un simple mecanismo de consulta, hasta un rubro muy importante, que es la seguridad Pública. Esa es una preocupación muy fuerte, porque con las luces y sombras mostradas en el documento anterior, nos deja un mar de incertidumbres ante lo que se viene a partir del 1 de Diciembre.

Las personas que estudiamos y hemos trabajado de una manera seria y continua el ambito de la seguridad pública y su devenir. sabemos que la solución a este problema parte del fortalecimiento de las capacidades locales de seguridad y de la sociedad civil. Esta es la óptica que nos deja esa hondura sobre el «Plan de Paz y Seguridad» del nuevo gobierno.

Es interesante cómo el mismo documento que tiene puntos muy relegantes y dignos de tratar, al momento que lo vamos leyendo y analizando, se difuminan hasta llegar al sesgo militarista del mismo.

Como resalte en la entrega pasada, es digno de aplausos que se coloque en un punto trascendental la dignificación del sistema penitenciario, así como la dignificación de las condiciones del policía, ministerios públicos y sus salarios, amén de seguir impulsando el respeto a los Derechos Humanos, tarea que pretende se impulse desde lo «Federal» hasta lo local.

Seguimos con estos puntos, con el tema de las drogas y su tratamiento, reconociendo que el modelo que se llevó por años fue fallido, además de promover el desarme de los grupos delictivos; pero a pesar de la forma tan lúcida de tratar estos temas, nos remite de inmediato al punto toral del documento, que es el ignorar los esfuerzos locales en materia de seguridad y sí o sí, seguir replicando el modelo fallido de militarización, ( vituperiado en discursos de campaña).

Por otro lado se resalta la ausencia de una política criminal donde, por otro lado, se identifica al crimen organizado como la principal preocupación de la sociedad civil, cuando en cambio, y por estudios realizados y sustentados por la propia ciudadanía, los delitos del fuero común son los que realmente preocupan al ciudadano de a pie.

Importante es mencionar que la estrategia que se impulsa desde el gobierno, no viene acompañada de una capacitación o un planteamiento de la misma; y sobretodo, resaltar que ésta debería de estar enfocada al fortalecimiento de las corporaciones de policía ( federal, estatal y municipal), no al sistema de procuración de justicia o impulsar el NSJP.

En cambio, se nos presenta una «variable de seguridad» la llamada «Guardia Nacional», que deberá estar conformada por elementos de la Policía Militar y la Policía Naval, así como la incorporación de elementos de la actual Policía Federal.

Dentro de la propuesta, se menciona que el escalafón y jerarquías propias de su naturaleza, estará adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional; con ello simplemente se asegura o se entiende que el mando será exclusivamente de carácter militar y no civil.

Por otro lado, se reitera que el planteamiento será la atención de todo el país, donde se crearán Consejos Estatales; ahí es donde viene una pregunta clave: ¿No se altera el pacto federal?, dado que la constitución otorga las prerrogativas de seguridad a los estados y municipios.

Tampoco es clara la propuesta de regionalización, ni la metodología es clara; se habla de 266 coordinaciones ( similares a las utilizadas por el imperio romano en la antigüedad). No hay una metodología que nos explique de manera formal la distribución o que criterios territoriales en los que se basaron para tal efecto.

En cuanto a la Inteligencia Policial, se hace el comentario de que habrá protocolos de intercambio de información y análisis entre las diferentes áreas de inteligencia policial y de criminalidad, de seguridad interior, pública y nacional; pero el «Plan de Paz Y Seguridad», no hace alusión en detallar dichos protocolos de intercambio, ni hace énfasis en la importancia de contar con estudios georreferenciados ni la necesidad de homologar las bases de datos de criminalidad, todo esto a los tres niveles: federal, estatal y municipal.

Quienes hemos laborado en dichas áreas y hemos tratado de manera seria el tema, vemos la imperiosa necesidad de contar con herramientas que nos den elementos de veracidad en nuestro trabajo; y además, desde la perspectiva de capacitación, es urgente darle elementos al policía para que, desde su trabajo, pueda desdoblar una visión ciudadana acorde a las expectativas de cada comunidad.

Un punto urgente de aclarar, es la Reforma constitucional al artículo 76 de la Carta Magna, donde se busca facultar al Senado de la República, para la creación de esta nueva entidad «Guardia Nacional», y quitar de tajo el candado que impide a las Fuerzas Armadas a intervenir en asuntos de Seguridad Pública; un retroceso total a lo dispuesto por el fallo emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que califica la Ley de Seguridad Interior, donde se implicaban cuestionamientos similares a los que ahora retoma el nuevo plan del gobierno entrante.

¿Hay evidencia de que la intervención de las Fuerzas Armadas hayan ayudado a resolver los niveles de violencia en el país?

¿Por qué no mejor diseñar un plan que fortalezca, dignifique, profesionalice y haga eficientes a las policías locales?

¿Por qué apostar a militarizar ( por tercera vez) al país?

Las evidencias de los dos sexenios anteriores y parte del actual nos indican que éste no era y no fue el camino correcto.

Implica el riesgo de constantes violaciones a los derechos humanos, hace patente el seguir debilitando a las instituciones policiales y acelerar la pérdida del control civil de la tarea toral del Estado que es la preservación de la Seguridad de sus ciudadanos.

El llamado es contundente, el Presidente electo, sus legisladores, su equipo de primer orden, para que pueda privilegiar la seguridad pública a largo plazo, deben dar pie a la generación de policías locales, fuertes, profesionales y consolidadas.

Al invocar a un modelo repetido, fallido y sin resultados, la crisis de violencia que se vive seguirá, porque no se está invirtiendo en el verdadero problema de fondo: La generación de las capacidades del estado mexicano.

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L.C.C. Fernanda Espinosa Méndez

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Redaccion Indicio Michoacán

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