Elogio a la locura: Policía de investigación… La necesidad urgente de toda corporación

 Elogio a la locura: Policía de investigación… La necesidad urgente de toda corporación

 

Por: José Alberto Guerrero Baena
Alejandra Vanegas Rodríguez

«Es un error capital el teorizar antes de poseer datos.
Insensiblemente, uno comienza a deformar los hechos
para hacerlos encajar en las teorías
en lugar de encajar las teorías en los hechos».
-Sherlock Holmes
de Arthur Conan Doyle

 

Ver doblegado al Estado de derecho y las instituciones en México es una situación que se ha vuelto muy cotidiana hoy en día:

Desde los sucesos en Culiacán, pasando por los operativos de Tepito (donde convenientemente el juez de control Padierna liberó a 27 de 34 detenidos, quizás del cártel que controlan sus parientes René Bejarano y Dolores Padierna), hasta los sucesos que acontecieron en el estadio Alfonso Lastras de San Luis Potosí, tienen una liga muy delgada que se rompe en situaciones muy graves como la falta de agentes de investigación bien preparados en las corporaciones de policía.

Por supuesto, en la Policía Federal los hubo y de excelencia, pero en las corporaciones estatales y municipales, bajo el pretexto de no tener facultades para el tenor, se negaron o dejaron de formar agentes de investigación capaces de generar, procesar y verificar datos que los llevaran a profundizar en investigaciones sobre delincuencia del fuero común e, incluso, delincuencia organizada.

Con la entrada en vigor del Código Nacional de Procedimientos Penales y la modificación constitucional al Artículo 21, donde se le brinda la facultad de investigación y coadyuvar en las mismas con el Ministerio Público, quedaron al desnudo muchísimas falencias, no sólo de carácter operativo, que son las más importantes, sino de carácter financiero.

Muchos recursos se destinaron para la «capacitación» de los agentes de policía y pocos resultados se han visto en la actualidad.

Tal es el grado, que nuestras policías quedan en completa indefensión por no contar con los conocimientos necesarios y muchas de las puestas a disposición se caen desde el momento en que se llega con el Ministerio Público, por tanta burocracia y por tanta deficiencia en el llenado del Informe Policial Homologado.

¿Y así les pedimos investigar?

Es otra carga jurídico-operativa para la cual el Estado mexicano no les brindó las herramientas académicas ni operativas para ello. No sólo son los conocimientos policiales, de operatividad ni de proximidad, también hay destrezas más allá que nadie quiso desarrollar.

Hay que enseñar a los cuerpos de policía a realizar observación de otro tipo, más cerca de lo sociológico, antropológico y psicológico, trabajo de campo que ayude a detectar ciertas actitudes, cierta arquitectura de la sociedad que la propia investigación policial no detecta y que, si hacemos una combinación de ambas áreas del conocimiento, podremos tener resultados prontos.

Y en investigación, generación de datos y su adecuada interpretación, para su transformación en políticas públicas; lo deseable antes de llegar a una operativo. Política criminal pues.

Quizás es la respuesta esperada, principalmente en casos donde la investigación puede dar resultados contundentes en materia de orden público y actos delictivos del fuero común, que es donde la afectación a los ciudadanos ha llegado a un 93% de cifra negra, según los datos del mismo gobierno.

Es lo deseable, pero…

Con la realidad del asunto es que ahora, con la entrada del Sistema de Justicia Penal Acusatorio, la actuación de los agentes policiales, tanto estatales y municipales, es fundamental para poder darle continuidad a la cadena que puede llevar hasta la condena de un imputado.

Hay que destacar un punto que es muy importante, las dependencias llamadas Secretarías de Seguridad Pública, Ciudadana, Direcciones de Policía o como usted quiera llamarlas, no fueron diseñadas para realizar investigación. En su estructura orgánica nunca se contempló. Incluso, ni después de la reforma judicial y la entrada en vigor del Sistema de Justicia Penal Acusatorio. Patético.

Lo deseable y lo pertinente hubiese sido que primero se adecuaran las corporaciones a estas nuevas formas de ver y trabajar policía, para que, en un plazo o tiempo determinado, se pudiera echar a andar la reforma constitucional como se debe y no como se puede o improvisando, como finalmente se hizo.

Amén de todo lo anterior, también es necesario reformar la malla curricular de la formación inicial para Policía Preventivo Municipal o Estatal. Es fundamental.

Se debieron de insertar contenidos académicos que llevaran a los policías a tener los primeros indicios de una investigación multi y transdisciplinaria enfocada en detección de problemáticas ciudadanos y no sólo en acciones ligadas con operatividad.

En la academia, a nuestros aspirantes a policías, no les enseñan a investigar. Lo más cercano a ello son las clases de proximidad, donde se ven aspectos muy someros de recopilación de datos. Pero jamás les enseñan o diseñan actividades donde el cadete, desde su formación inicial, tenga esas nociones de investigación.

¿Y el proceso legal y la coordinación interinstitucional, apá?

Y si hablamos de las formalidades procesales, estamos perdidos.

Parte toral del inicio de la cadena que es el Sistema Penal Acusatorio, es el llenado del Informe Policial Homologado (IPH), el cual también ha sido un escollo, porque muchas de las detenciones son desechadas por el Ministerio Público por las omisiones en el llenado de este documento que más bien parece un crucigrama sin fin. Problemas como la redacción, paciencia y un inadecuado conocimiento jurídico y operativo son los que han terminado por llevar al fracaso muchas puestas disposición ante el Ministerio Público, con la complacencia, claro, de las Fiscalías.
Esto por el lado de la Policía.

Por lo que corresponde a las fiscalías, muchas realizan su plan de persecución de delitos sin contemplar que, las Corporaciones Policiacas, no disponen de las policías locales como fuente de información, porque tienen dentro de su estructura una «policía de investigación», amén de que litiga la acusación. Es decir, el coto de poder sigue dentro de estas instituciones de procuración de justicia. Aquí lo hemos venido repitiendo, su labor es litigar y ganar casos. Pero dentro del juego político sigue la ceguera que conduce a la nulidad de resultados.

¿Dónde está la coordinación?

En ningún lado y a las pruebas me remito.
El Plan de Persecución de delitos de la Fiscalía General del Estado de Michoacán, no contempla en ningún momento esta coordinación que debe de haber con las instituciones de seguridad y, en cambio, sigue detentando la investigación como una joya política que raya en la obsesión de seguir obteniendo recursos

Y se nota que es universo paralelo.

Las estadísticas nacionales únicamente se basan en hechos delictivos registrados en las fiscalías. Hay información de primera mano que pudieran generar las policías locales, con la finalidad de que pudiera ser muy útil para la detección de delincuencia del fuero común, como de delincuencia organizada y otros móviles de delito y de orden público.

Pero que siempre es desechada o discriminada por las fiscalías. Tristemente.

Solucionemos pues, el país lo requiere…

Las policías son los ojos y oídos del Estado mexicano, con información cercana a la realidad cotidiana, que puede ser útil para la persecución de delitos. En el modelo policial anterior y, por supuesto, en el sistema de justicia anterior, se manejaron puramente policías reactivas, sin la mínima formación como investigadores de la vida cotidiana.

Hoy es imprescindible que las corporaciones se preocupen por concertar dentro de sus formaciones iniciales y continuas, el que las instituciones educativas del sistema policial formen investigadores que sean sensibles ante el acontecer ciudadano, no meros espectadores de hechos delictivos que evaden sus responsabilidades y les dejan todo el papel a las fiscalías.

Ya tuvimos un Culiacán, donde no hubo investigación de por medio que dio el resultado de todos conocido, tuvimos un Aguililla donde, sin el pleno conocimiento territorial y ante la falta de investigadores e inteligencia policial dentro de SSP Michoacán, se tuvo el resultado fatídico que todos los michoacanos vimos, ya en el rubro deportivo se dio una situación violenta, donde una mala planeación y estrategia para la contención de la violencia, fue mal ejecutada dentro del estadio Alfonso Lastras con el enfrentamiento de las barras de fútbol. Esta situación se pudo haber previsto con una investigación de los antecedentes de cada afición, pero a nuestros policías dentro de las corporaciones no les enseñan eso.

¿Qué más tiene que pasar en el acontecer delictivo de nuestro país, para que podamos contar con policías que INVESTIGUEN?

Espero que no sea tarde, ya tenemos un Modelo Nacional de Policía, acordado por el Consejo Nacional de Seguridad, (uno de los pocos aciertos de la llamada 4T).

Debemos reformar la arquitectura estructural de nuestras policías para hacerlas funcionales de acuerdo a este modelo.

¿Qué diablos esperamos para ello?

Investigador del Foro Latinoamericano de Antropología del Derecho.
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Redaccion Indicio Michoacán

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