#COLUMNA ESTAMOS EN EL MISMO MAR, PERO NO EN EL MISMO BARCO

 #COLUMNA ESTAMOS EN EL MISMO MAR, PERO NO EN EL MISMO BARCO

Por Omega Vázquez

No hablemos de tolerancia. Uno “tolera” lo que no soporta, aquí se necesita respeto absoluto a lo otro, a lo distinto que no es yo y no por eso es malo, no es el negativo.

La tolerancia termina ratificando lo propio y por ello es un rasgo conservador, son las minorías las que deben ser toleradas y eso reafirma su inferioridad, Byung Chul- han.

La semana pasada tuve la oportunidad de participar en un foro para la equidad, la inclusión y los derechos humanos. Fue un ejercicio muy enriquecedor en el que funcionarios y sociedad civil intercambiamos puntos de vista respecto a esta realidad; la discriminación.  Y al escuchar todas esas voces note que se hace mucha referencia el marco jurídico y por supuesto todas las leyes que deben garantizar nuestro acceso pleno a los mismos derechos.

Sabemos que tenemos derechos pero no es cierto que estamos en la misma posibilidad de alcanzarlos y ejercerlos de manera plena.


Vamos a pensar en las personas con alguna discapacidad de nacimiento o adquirida, ¿cómo pueden ejercer sus derechos a la participación política, a la educación, a la no discriminación?. Es verdad. Los derechos están ahí, pero para diferentes grupos y personas es cada vez más difícil alcanzarlos.

Debemos poner un banquito de equidad para quienes ya van en desventaja desde el arranque mismo de su vida, porque no es igual nacer mujer con discapacidad en la meseta purépecha que nacer hombre en la capital con padres y herencia. ¡No moralizamos!, no insinúo que una persona sea mejor que otra, manifiesto que una tiene muchas menos posibilidades de desarrollo porque desde el inicio de su historia lleva desventaja. 

Insinuar que debe haber tolerancia es tanto como aceptar con pena que existen personas de segunda o tercera y que hay que tolerar su presencia en el mundo. Redactar leyes y políticas públicas en infinitivo, es decir vamos a “procurar”, “coadyuvar”, “buscar”, etc.
El acceso de las mujeres, o de los niños, de las personas con discapacidad, de los grupos de la comunidad Lggttti+ , Indigenas, entre otros grupos, se acerca mucho a la simulación.
En el tiempo que vivimos, y con la brecha cada vez más profunda, debemos empezar a redactar políticas públicas y leyes garantistas. Porque definitivamente no es lo mismo procurar que garantizar.

Y para empezar siquiera a acortar estas grandes brechas de desigualdad que lapidan nuestro Estado mexicano, debemos empezar a garantizar el acceso de las personas al pleno ejercicio de sus derechos y garantizar un arranque más parejo para las personas que habitamos este país. 

Las mujeres, los menores de edad, los pueblos originarios, la comunidad Lgttti+, Las personas que nacen en pobreza extrema, personas con discapacidad, debemos dejar de ser “grupos vulnerables”, porque esa vulnerabilidad es aún más discriminatoria.


Y asumirnos como grupos “empoderables” es decir, sujetos susceptibles de poder,  grupos organizados que representen una fuerza, y desde diferentes espacios presionar el acceso pleno a los derechos y garantizar en la causa una plataforma de discriminación positiva, es decir, de equidad garantizada, que nos eleve por sobre el mandato socio cultural y paternal de lo desigual y lo vulnerable. Para convertirnos en fuerza de transformación de lo que es aceptado y bello a lo que es real y poderoso. Romper el estereotipo de “normal o natural” y sentar las bases de lo que es “humano” y solo por ello VALIOSO y merecedor de bienestar.

Dime qué piensas, me encantará seguir leyendo tus opiniones en mis redes sociales @OMEGA Vázquez en Fb e Instagram.

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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