A ojo de buen cubero, una buena y una… Duda?

Con bombo y platillo, se ha publicitado la noticia de que ningún servidor público podrá obtener una remuneración más alta a la percibida por el próximo Presidente de la República, quien incluso en un acto de humildad, ha anunciado que además se disminuirá el salario, comparado con el actual titular del ejecutivo federal, lo cual, estoy cierto a más de algún servidor público no le debe haber caído nada bien.
Nuevamente, estimado lector, la Cámara de Diputados Federal da de que hablar mostrando el peso numérico del actual partido en el poder, comenzando a mostrar el incondicional respaldo que brindará a Andrés Manuel López Obrador para cumplir con sus promesas de campaña y darnos a los ciudadanos la percepción del tan anhelado cambio, que estoy seguro dio lugar a que en las pasadas elecciones, triunfara tan caóticamente Morena.
Sin embargo, en cumplimiento a mi compromiso de exponer ideas de manera clara y sin tecnicismos, para que entendamos las cosas de Gobierno y sus alcances reales, las personas de a pie que usamos el circuito carrillo como usted y yo, démosle una vistita al proyecto aprobado con tan solo 6 años 10 meses de retraso, pues desde ese tiempo se había turnado a la Cámara de Diputados tal iniciativa de Ley.
Iniciando de menos a más, considero que ni usted amable lector ni nadie, queremos que se hagan las cosas al vapor, porque como me enseñó una ex jefa “rápido y bien, no ha habido quien”, en este caso, parece que nuestros destacados legisladores federales, lo único que hicieron fue sacar del archivo el oficio DGPL-1P3A.-2074, fechado el 8 de noviembre de 2011, proveniente de la Cámara de Senadores, acompañado del Proyecto de Decreto por el que se expide la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos reglamentaria de los artículos 75 y 127 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para sin leerla ingresarla en la mesa de debates y terminar por aprobarla con 246 votos a favor y 111 en contra.
¿De dónde viene mi afirmación? Si se hubieran tomado un aproximado de 15 minutos de su valioso tiempo para dar lectura a las 16 páginas que integra el documento, se habrían percatado que necesitaba una manita de gato en la labor legislativa, ya no para cambiar el fondo, porque esa es la intención del Presidente electo y el clamor ciudadano, sino para cuando menos adecuar lo indispensable en la terminología y evitar hacer mención del “Distrito Federal” o el “Instituto Federal Electoral” como lo hace en sus artículos 6, fracción IV, inciso a) y 7, fracción III, inciso h), respectivamente, así como pretender que las multas se impongan en salarios mínimos, por citar algo.
El cometido se ha logrado, ningún servidor público podrá percibir un salario mayor del que se fije al Señor Presidente, pero no se emocione demasiado, esta ley es federal, es decir solo regula los salarios de la alta burocracia federal: Poder Legislativo, Poder Judicial de la Federación, Tribunales Administrativos de la Federación, la Procuraduría General de la República, Auditoría Superior de la Federación, Banco de México, “Instituto Federal Electoral”, Comisión Nacional de Derechos Humanos, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, organismos públicos descentralizados de la federación, Instituciones de educación superior de la federación, de carácter autónomo, y cualquier otro ente público, de carácter federal, descentralizado, autónomo o independiente de los poderes de la unión.
Casi adivino su cara de sorpresa y tal vez de desilusión, estoy de acuerdo, por algo se empieza, pero ¿No hubiera sido un mayor éxito político, que en lugar de aprobar una vieja Ley Federal, se hubiera activado con todo una labor política-legislativa aprovechando también la mayoría en los Congresos locales y se lograra una Ley General? ¿No estaríamos más eufóricos y agradecidos si también se regularan los sueldos de la burocracia estatal y por qué no decirlo de la Municipal?
Recordemos amables lectores, que hay Gobernadores y Presidentes Municipales con sueldos estratosféricos, inclusive en nuestra administración pública estatal existen Magistrados, Consejeros o Secretarios que verían disminuidos sus ingresos; yo estoy de acuerdo que no es inadecuado que la gente viva de su sueldo, pero considero, lo que se debe buscar, es elevar el nivel de vida de todos los ciudadanos y para ello es indiscutible que la distribución de monedas y billetes debe ser más equitativa; por esta ocasión se invirtió la pirámide y se comenzó con los poderes federales, ojala y llegue hasta la base de la organización republicana que es el Ayuntamiento. En un estudio económico serio, se concluyó que cuando la burocracia en general, tiene salarios justos y suficientes, la iniciativa privada está en condiciones de asumir su responsabilidad y pagar lo que realmente corresponde, esto es lo que a ojo de buen cubero percibe quien esto escribe.
M en D Alfonso Villagómez León