Coincidencias de la Historia por Rubén Sandoval

Por: Rubén Sandoval Aguiar
Algunos hechos ocurridos recientemente en nuestro Estado, me hicieron recordar el procedimiento a todas luces ilegítimo pero en apariencia perfectamente legal, que permitió a Victoriano Huerta asumir la Presidencia de la República, en febrero de 1913, en un acto vergonzoso y verdaderamente pantomímico en el que se cuidaron a pie juntillas todo los procedimientos establecidos por la Constitución de 1857, previa utilización de la coacción para obtener las renuncias del Presidente Madero y su Vice Presidente José María Pino Suárez, con promesas falsas de otorgarles salvoconductos y respetar sus vidas, De ese modo, una vez dimitido el cargo de primer mandatario por el “Apóstol de la Democracia” que todavía a esas alturas creía en la palabra de honor de Huerta de respetar su vida, porque Madero actuaba en forma recta, en ocasiones llegando a la ingenuidad, y no podía concebir una traición de esa magnitud de uno de sus generales a quien había brindado toda su confianza por encima aún del prestigiado General Felipe Ángeles. No obstante, la traición fue consumada y una vez obtenidas las renuncias de los más altos funcionarios, días después, se dio paso a su funesto magnicidio.
Así, con el apoyo de los generales Félix Díaz, Blanqet y Mondragón, el aval del Embajador de los Estados Unidos en México Henry Lane Wilson y las renuncias en mano, Huerta urdió una estratagema perversa, para legitimar su arribo al poder por medios perfectamente legales, para ello, utilizando la intimidación o el soborno quizá, convenció al Secretario de Relaciones Exteriores Pedro Lascurain, de asumir la Presidencia ante la falta de Presidente y Vice Presidente de México, de conformidad a lo previsto por el artículo 81 de la Constitución liberal vigente en aquella época.
Siguiendo instrucciones, Lascurain se presentó ante Congreso (para entonces, los legisladores, de forma cobarde o si se quiere en comparsa, salvo algunos diputados que hayan actuado de buena fe tratando de salvar la vida de Madero y Pino Suárez, ya habían admitido de manera prácticamente unánime las renuncias de los mandatarios, a pesar de que el artículo 82 de la Carta Magna, les confería facultades suficientes para rechazarlas) después de tomar protesta como Presidente interino de la República, en un acto indigno y de increíble simulación, Lascurain nombró a Victoriano Huerta Secretario de Gobernación e inmediatamente después presentó su renuncia a la Presidencia, dejando el camino libre para que el nuevo Secretario de Gobernación recién nombrado (5 minutos antes) asumiera la Primera Magistratura y tomara protesta ante pleno de la Cámara en presencia de la mayoría de los legisladores que en ese momento enmudecieron para consentir el inmoral acto.
Huerta fue muy cuidadoso de que su arribo a la silla presidencial cumpliera con todas las formalidades establecidas por la Constitución Federal, con el propósito de no ser cuestionando ni atacado por medios legales como así ocurrió finalmente. Lo que siguió después es historia por todos conocida, como conocida es hoy la triste historia que vivimos los Michoacanos con procedimientos y designaciones de funcionarios, propios de la época de la Decena Trágica.