Convivencia en las familias de Jarácuaro por Gerardo A. Herrera Pérez

Michoacán.- En Jarácuaro, municipio de Erongaricuaro, se vienen realizando acciones para el fortalecimiento de la convivencia social. La convivencia es un instrumento fundamental para el trabajo de la cohesión social.
Con la participación de diversas familias, y el desempeño del Órgano Autónomo de Derechos Humanos, se trabaja en la conformación de familias cohesionadas y comprometidas con el respeto a los derechos humanos, la igualdad y no discriminación, así como la perspectiva de género y la multiculturalidad.
Hablar de la construcción de una convivencia pacífica, incluyente y democrática no sólo en las familias, o bien en las escuelas, sino en todos los sitios donde conviven seres humanos, se requiere la participación informada y activa de todas las personas.
Para llevar a cabo estas acciones con los padres de familia en general, y no sólo con las madres de familia, se han dispuesto del manejo de varios temas que son fundamentales para la creación y desarrollo de conciencia social, los temas son fortalecimiento de la autoestima, el manejo de las emociones, así como el establecimiento de reglas y límites, y desde luego la parte medular que es la resolución de conflictos en la familia de manera asertiva.
Si en el hogar donde se forman los valores de los niños logramos que estos lo reproduzcan en los espacios escolares, estaremos ganando todos. Y es que lo que somos se debe a la relación que mantenemos con los demás y la forma como nos vinculamos con el medio que nos rodea, no solamente el social, también la naturaleza.
Así debemos entender que la convivencia forma parte de una necesidad humana, y que se debe dar a partir del diálogo, de la tolerancia, el respeto, la inclusión, y que todo ello, nos permitirá arribar a la paz. Por ello, si queremos trabajar en que no se generen acciones de violencia en las familias y en los centros escolares, debemos primero trabajar en la familia, para que tenga su impacto en la escuela, toda vez que ahí se genera un espacio de relaciones “donde se espera que los alumnos, además de alcanzar el logro de habilidades cognitivas, desarrollen habilidades sociales y emocionales que les permitan establecer relaciones armónicas, pacíficas e inclusivas dentro y fuera de ésta.
La convivencia es un aprendizaje. Aprender a convivir es una tarea educativa primordial ya que representa una plataforma para el crecimiento personal y social”. De ahí la importancia de la educación, toda vez que enseñar y aprender a convivir constituye uno de los pilares; así la escuela cumple una función social al contribuir a consolidar dicho aprendizaje. De esta manera, el binomio de la enseñanza y el aprendizaje de la convivencia escolar requieren de un enfoque formativo y preventivo que centre su atención en la formación de los alumnos desde una mirada integral, “considerando su dimensión no sólo cognitiva, sino también social y emocional.
Los padres de familia que participan en este taller que genera una comunidad de aprendizaje, permitirá concluir en un mes más el proyecto; con estas acciones gana las familias, los centros escolares, la ciudadanía y la población de Jarácuaro.