2021: el control de la agenda

Por Diego Leal

Para nadie es un secreto que el ambiente político empieza a calentarse con miras a la elección del próximo año, que no será una elección intermedia más, será una elección encarnizada por mantener o quitarle el poder a Morena en la Cámara de Diputados.

Para ello, los partidos políticos empiezan ya a barajar una serie de nombres para presentarlos al electorado. Veremos caras nuevas sin duda, pero también muchas caras ya de sobra conocidas. La cuestión es que, más allá de candidatos, lo que tiene que preocupar a los partidos es el control de la agenda, ya que este es el que en su mayor parte, determina lo que se conoce como “clima político”.

Este último concepto no es otra cosa que el estado de ánimo de la población, aunado a los principales problemas que le aquejan, lo cual es determinante a la hora de encarar una elección, así pues, se puede tener un excelente candidato, dinero para la campaña y una buena estructura electoral, pero si se tiene el clima político en contra, poco se podrá hacer, y eso ya lo vivieron en carne propia los partidos que hoy son oposición al régimen de López Obrador.

Si bien los temas que más preocupan a los mexicanos han cambiado poco, hoy en día el tema salud/Covid-19 se volvió una tendencia al alza así como los estragos económicos que está dejando a su paso.

El tema seguridad no es un tema menor. Durante varios años ha sido el tema más mencionado en la agenda pública de México y en algunos puntos de la República, llega a ser nombrado por más del 70% de la población.

Ante estas tres crisis que vive el país, la de seguridad, la de salud y la económica, el gobierno federal pretende posicionar un tema que le viene de maravilla y que lo impulsó a alzarse con la victoria en 2018, ese tema es la corrupción.

No es en vano que el lunes se haya preparado toda la parafernalia de presentar el avión presidencial y que se haya pedido que no se hablara de otros temas a los reporteros que asisten a “Las Mañaneras” a pesar de que el noreste del país estuviera atravesando momentos muy difíciles tras el paso del huracán “Hanna”. Siguió el martes con el inicio del juicio a Lozoya, ex director de Pemex durante la administración de Peña Nieto, juicio que seguramente se irá dosificando hasta terminar en las declaraciones más explosivas justo antes de empezar las campañas electorales.

Con esto, Morena y López Obrador pretenden posicionar una vez más el tema corrupción en la agenda para convencer a los votantes de que su partido y candidatos están mejor valorados en este renglón que los de los partidos de oposición.

Sin embargo, aunque el Presidente continué tratando de mantener este tema, la realidad económica, los fallecidos por la pandemia y por la inseguridad en el país seguirán siendo un lastre para su gobierno y su partido y de agravarse, difícilmente podrá “tapar el sol con un dedo”, lo que podrá desencadenar una situación bastante utilizada: ser testigos, una vez más, de la utilización de la justicia con fines políticos, me refiero a una eventual detención de alguno de los ex Presidentes, con tal de seguir posicionando el tema “corrupción” en la agenda mediática y pública.

A la oposición le queda señalar el mal manejo de la pandemia en el país, el pésimo manejo financiero del gobierno y señalar el fracaso de la estrategia de seguridad en México, pensando que estos temas le puedan doler al partido en el poder, sin embargo, cada lugar tiene sus propios problemas y se debe de hacer un buen análisis para no caer en generalizar la agenda nacional en las agendas locales.

Se nos viene una campaña donde los temas negativos abundarán sobre los positivos, una guerra de lodo, veremos si eso mueve a los ciudadanos a votar o terminan, como cada elección intermedia, prefiriendo abstenerse.

La moneda está en el aire, no hay nada para nadie… Aún.