A ojo de buen cubero: Al Maestro con cariño…!!! por Alfonso Villagómez

 A ojo de buen cubero: Al Maestro con cariño…!!! por Alfonso Villagómez

Escribe: M en D Alfonso Villagómez León.

Es un verdadero placer para mí, volver a sentarme frente a mi ordenador, a fin de tener la oportunidad de propiciar en ustedes alguna reflexión, si la realizan en su auto camino al trabajo, en la cocina al preparar el desayuno o al perder la vista en alguno de los bellos paisajes Michoacanos, me daré por bien servido y cumplido mi cometido; en este mes de mayo hay una fecha, en mi concepto muy especial –además del festejo a las madres- el día del Maestro. Esa noble actividad de enseñar al que no sabe, primera obra de misericordia espiritual mandatada en la religión Católica.

Coincidirá conmigo y con Don Pedrito el de las “Casadillas de Santanamaya”, quien corrobora mi dicho, cuando hacemos alusión al Maestro de inmediato pensamos en los docentes de educación básica y a lo mucho en los de secundaria integrantes de la CNTE o el SNTE. En esta ocasión estimados amigos, no haré referencia a ellos, pues ya bastante se ocupa el Gobernador Constitucional del Estado de Michoacán en su ánimo de deshacerse de dicha nómina o los diarios locales y nacionales por las marchas, tomas de vías del tren o cierre de vialidades en su constante lucha por sus derechos laborales, como para el suscrito abundar en ello.

No amable lector, ahora quiero invitarles a pensar en los “otros maestros”, en los no provenientes de carrera magisterial ni egresados de la Normal para Educadoras, aquellos profesionistas de origen Universitario o Tecnológico, los cuales comparten sus conocimientos en el Bachillerato, Licenciatura, Ingeniería o Posgrados, a quienes en algunos casos, los estudiantes se dirigen a ellos como: “Lic, Conta, Inge, Arqui” de acuerdo a la profesión ostentada, pero rara vez se les menciona con el título de Maestro, pese a ser la labor en turno desempeñada. Incluso me atrevo a señalar, con apoyo en la “evolución” de los métodos didáctico-educativos de las escuelas privadas, se toman la libertad de llamarlos por su nombre de pila, algo en lo cual honestamente no coincido, tal vez por haber sido educado a la vieja usanza de mis padres.

No desconozco en esos niveles, también existen, como todo en la vida, malos y buenos; Los primeros, quienes se presentan un día a clase, señalan el libro de cabecera a analizar, precisan el número de páginas sobre las que versará el examen bimestral o semestral según sea el caso y no se le vuelve a ver hasta el día del mismo; aquellos que se presentan en el aula “quince minutitos” de la hora o van “a ver de qué les platico” sin llevar el tema preparado, distrayéndolos con pláticas de alguna noticia morbosa del día, la cual no guarda relación en lo mínimo con la materia, llegando al extremo de reprobar a una gran parte del grupo preguntando cuestiones ni siquiera vistas en clase, motivados en el ingreso generado por el pago de los exámenes extraordinarios, vendiéndoles las tesinas de posgrado a los egresados de licenciatura para titularse, o bien solicitando prebendas para pasarlos de año, ya sea económicas, en especie e incluso hasta favores sexuales.

Los buenos, quienes realmente tienen una vocación de servicio docente, aquellos que preparan sus clases con anticipación, para dar lo mejor de sí ante los alumnos o por su trayectoria profesional, comparten sus experiencias enriqueciendo el contenido de los programas de estudio, examinando con rigor académico, sabedores de lo expuesto en clase.

Con beneplácito de mi actividad profesional puedo nombrar a Decanos Licenciados en Derecho como Luis Olguín Arteaga (qepd), Humberto Encinas Gasca, Mauro Hernández Pacheco, Yolanda Vargas Pureco (qepd), Guadalupe Morales Ledezma, Marco Antonio Aguilar Cortés, entre otros.

Con responsabilidad y conocimiento, me atrevo a mencionar a nuevas generaciones de destacados profesionales del derecho en quienes recae la actual responsabilidad de transmitir conocimientos jurídicos de calidad, Maestros frente a grupo respaldados con conocimientos adquiridos de los personajes señalados anteriormente, reforzados por su trayectoria profesional, así como la constante actualización, lamentablemente debo reconocer son pocos con esas características, entre ellos: Ovidia Rojas Castro, Victorino Rojas Rivera, María Teresa del Niño Jesús Olguín Pérez, Marco Vinicio Aguilera Garibay, María de Jesús García Ramírez, Gumesindo García Morelos, Jorge Alberto Zamacona Madrigal, Damián Arévalo Orozco, Leticia Padilla Gil, Humberto Morales Jurado y Humberto Urquiza Martínez, quienes incluso alargan sus días para atender extramuros a los educandos personalmente o bien aprovechando las nuevas tecnologías como Whatsapp, Facebook o correo electrónico, sin espera de más recompensa que contribuir a lograr profesionistas mejor preparados.

Imposible terminar esta columna, sin mencionar a un verdadero Maestro, una enseñanza viviente, destacado jurista, ex Magistrado, ex Director de Facultad de Derecho a quien se le debe la instauración de los estudios de posgrado en dicha Escuela, litigante honesto y cabal, Don Jesús Solórzano Juárez, con más de cuarenta y cinco años de trayectoria docente, reconocido por tirios y troyanos como un gran Maestro. Sí amables lectores, este próximo quince de mayo no debemos olvidar felicitarles, más aún porque son muy pocos, si hubiera más como el Maestro Solórzano o los últimamente señalados, seguramente el futuro de nuestro país sería distinto, esto es lo que a ojo de buen cubero percibe quien esto escribe.

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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