A ojo de buen cubero, con la vara que mides…!!! Por Alfonso Villagómez

 A ojo de buen cubero, con la vara que mides…!!! Por Alfonso Villagómez

M en D Alfonso Villagómez León

Con el agrado de estar nuevamente saludándoles en este espacio, iniciamos la recta final del agonizante marzo, cada vez más cerca de la semana mayor católica la cual, sirve de pretexto para que las bendiciones salgan de vacaciones escolares, haciendo padecer el verdadero viacrucis en casa.

En esta ocasión, la reflexión pretendida es relacionada con el tema del aumento de aceptación -según las casas consultoras de mayor prestigio en el país- alcanzada por el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, ello sin pretender poner en tela de duda la imparcialidad de sus estadísticas, sin embargo en ocasiones los hechos contradicen tales ejercicios de consulta, pues como dice Toñita la señora de la cooperativa de la Escuela “a mí nunca me han preguntado nada, sabe Dios a quién le preguntarían”, pero sus conclusiones, amable lector, serán las más acertadas, yo aquí nomas soy el que escribe.

Considero necesario, para entrar en contexto, voltear los ojos a la historia reciente en nuestro país, recordando las últimas giras a diversos Estados de la República Mexicana, realizadas por Andrés Manuel López Obrador, mismas que se encuentran gobernadas por partidos políticos de la oposición, eventos en los cuales los titulares del ejecutivo estatal se vieron abucheados y víctimas de coros nada angelicales de los asistentes, gritando al unísono el “fuera, fuera, fuera” característico de la reprobación ciudadana, incluso en algunos casos como en Huetamo, Michoacán a Silvano Aureoles donde le arrojaron objetos.

Esto “misteriosamente” ha disminuido, a partir de la postura de Martín Orozco, Gobernador del Estado de Aguascalientes, quien recibió al Presidente en el aeropuerto de la ciudad, pero evitando asistir al mitin oficial declarando no prestarse a un juego de “infantilismo político”.

Es por todos conocido, las visitas a las entidades federativas del Presidente de la República son coordinadas por el área de Protocolo y Giras de la Presidencia, programando la entrega de alguna obra donde haya inversión federal o el arranque de un programa de bienestar social, convocando a quienes se verán beneficiados o bien echando mano de ciertos sectores de la población, que guardo mis dudas asistan de manera espontánea o voluntariamente un día miércoles a las 11:00 de la mañana, descuidando sus labores cotidianas las amas de casa o el señor taxista dejando de buscar el sustento para los suyos, a fin de acudir a aplaudir y echar porras al visitante en cuestión. O le pregunto a usted, quien me otorga la bondad de su lectura ¿Cuántas veces ha acudido de mutuo propio a un mitin de cualquier político o gobernante?

Lo anterior viene a colación, por el hecho suscitado el pasado sábado en la ciudad de México, en la inauguración del estadio “Alfredo Harp Helú” casa de los Diablos Rojos, equipo de Béisbol del máximo circuito nacional, donde el invitado de honor para realizar el lance inicial fue Don Andrés Manuel López Obrador, quien alegremente arribó al recinto con el tradicional saludo largo-largo, corto-corto de las reinas de la primavera muy de moda en esta temporada de calor, encontrándose con algo seguramente inesperado: la muestra de rechazo de los asistentes, quienes le abuchearon, gritaron el “fuera, fuera, fuera” del cual ha sido testigo en sus giras recientes, además de recuerdos maternales adelantándole el mes de mayo.

La reacción del Presidente, en concepto de quien esto escribe, no fue la más correcta, pues al hacer uso de la voz, enfrentó verbalmente a ciudadanos que en uso de su libertad de expresión manifestaron su animadversión, llamándoles “porra fifí” y algunos calificativos más, personas coincidirá usted conmigo amable lector, no fueron invitados acarreados, sino por el contrario pagaron un boleto para asistir al evento deportivo de su agrado, en otras palabras no eran asistentes a modo.

El máximo representante de una nación gobierna para todos, los que votaron por él y los que no, quienes simpatizan con sus ideales o los reprueban, es en el ejercicio de su gobierno cuando obtendrá la aceptación ciudadana o en su defecto “…si no cumpliere, que el pueblo se lo demande”, como se manifiesta al rendir protesta al cargo. Situaciones similares, por ejemplo, vivieron los Presidentes Gustavo Díaz Ordaz en la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1968, como resulta de los acontecimientos de la llamada masacre de Tlatelolco y Miguel de la Madrid Hurtado, en el evento inicial del mundial de futbol México ´86, por las equivocadas políticas de atención a los damnificados en el terremoto de 1985. Las exposiciones públicas ante un foro no previsto, deben servir de termómetro real respecto a la aceptación del trabajo en proceso y no un motivo de confrontación con la ciudadanía, sea cual sea su ideología partidaria, esto es lo que a ojo de buen cubero percibe quien esto escribe.

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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