Acaparando el bienestar por Julio César Calderón

En las últimas semanas el gobierno del presidente López Obrador ha recibido fuertes críticas por la lentitud en las campañas de vacunación, por un lado los miembros de la oposición lo acusan de criminal por las estrategias que ha tomado, y por otro, aplauden que países como Israel o Estados Unidos tengan campañas de vacunación masivas, pero, ¿Qué hay detrás de todo esto?, ¿es realmente la culpa del gobierno de México?, ¿Qué han hecho los países que vacunan a su población de manera acelerada?…

Históricamente a las naciones más poderosas poco les importa el bienestar de las más pobres, muchos se jactan de ser protectores de la democracia, la libertad y la solidaridad, pero en los hechos vemos que son capaces de pasar por encima del más vulnerable para mantener su estabilidad o conservar sus intereses.

Vemos en medios de comunicación nacionales las comparativas que hacen entre Estados Unidos y México con comentarios como, “allá están vacunando más de un millón de personas diariamente y aquí López Obrador no hace nada”, “es que a Biden si le preocupa su pueblo, no como al comunista de Andrés”. Sin embargo, la realidad es otra:

El gobierno de México es uno de los que más vacunas ha comprado y apartado, las gestiones que ha llevado a cabo el canciller Marcelo Ebrard en coordinación con la Secretaría de Salud, Hacienda y desde luego el Presidente Obrador han sido muy buenas, sin embargo, las farmacéuticas no han respetado los contratos pues les dan prioridad a las potencias mundiales. A pesar de las recomendaciones de la ONU, países como Israel, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y la Unión Europea siguen acaparando dosis, sacando a relucir su ambición y codicia, pues al hacer esto dejan sin oportunidad de protección a la mayor parte de la población mundial.

De los 193 países reconocidos por la ONU:

• 10 países concentran el 80% de todas las vacunas existentes
• 70 países (entre ellos México) se tienen que repartir el 20% restante
• Más de 100 países aun no tienen acceso a ninguna vacuna.

De ese tamaño es la brecha de desigualdad en la distribución de la vacuna, mientras los países más ricos presumen su maratónica vacunación otros ven con incertidumbre la llegada de la primera dosis.

En el siguiente mapa elaborado por Bloomberg Business podemos ver que México ya apartó/compró las dosis necesarias para vacunar a toda su población, incluso sobrepasado por un 19%.

Las farmacéuticas han obligado a los gobiernos del mundo a no mostrar los contratos firmados porque claramente dentro de estos existen cláusulas abusivas como que pueden no entregar las vacunas a tiempo. Por lo anterior, el problema del abasto de dosis ha dejado de estar en manos del gobierno mexicano, pues se ha convertido en un problema mundial. A pesar de los llamados reiterados de muchos países del mundo, la ONU no ha hecho nada para evitarlo. Mientras más acaparamiento haya, más se alargará la pandemia, más se dañarán las economías y más crecerá la pobreza, el hambre y la desigualdad.

¿Por qué pasa esto?, ¿será que no hemos aprendido nada de esta terrible crisis sanitaria?, ¿es así como pretendemos cambiar al mundo?, ojalá los egoístas reflexionen sobre el daño que están haciendo a la humanidad, ojalá se den cuenta del saqueo, extorsión e ignominia con la que por siglos han tratado a los países más menesterosos.

Es lamentable que los medios de comunicación y los opositores a la llamada Cuarta Transformación pretendan desconocer o distorsionar este tipo información y lucren con el dolor de tanta gente, “informando” verdades a medias que no corresponden a la complejidad real de la vacunación mundial.

Ellos desde el privilegio acaparan el bienestar, nosotros desde abajo vemos con incertidumbre nuestro futuro.

Ellos con todo el poder económico tratan de golpetear desinformando y haciendo faramalla de la desgracia, nosotros desde las benditas redes sociales seguiremos desmintiendo sus ataques. Tal vez perdonemos, pero no olvidaremos la actitud tan miserable con la que están actuando los que se supone deberían tender puentes para en unidad salir adelante.