Columna: ¿Es México un país de cansados?

 Columna: ¿Es México un país de cansados?

¿Será la máxima aspiración del mexicano llegar a cierta edad para poder “descansar de trabajar” y su máximo anhelo, convertirse en un jubilado? Es la educación Tradicional que hemos tenido por décadas en nuestro país culpable de esta percepción. El sistema de ahorro para el retiro es una cruel farsa.

Es entonces para los mexicanos una tortura despiadada el “tener que trabajar”, bueno querid@s lectores, ¡gracias a Dios mañana es viernes.

Por Omega Vázquez

Ayer por la tarde tuve una de esas imperdibles charlas con mi suegro, el es un abogado en activo desde hace más de 50 años y su especialidad desde siempre ha sido el derecho laboral, podría decir, sin temor a equivocarme, que es una eminencia. Seguramente en este tiempo han desfilado por despacho infinidad de trabajadores y patrones para obtener información, asesoría, para iniciar un juicio o finiquitar una relación de trabajo, para iniciar un sindicato, etcétera. Hago la referencia para tener un mismo marco.

Hacíamos una reflexión interesante, ¿la educación tradicional que ha reinado en el país por décadas, donde se enseña a ser obedientes y no pensar por sí mismos, a buscar un empleo y conformase, a que el trabajo es maldito y necesario, a padecer la escuela al igual que la oficina. ¿Acaso nuestra cultura nos condiciona a odiar el trabajo?, vamos a las cifras. Forbes nos presenta según un estudio del 2018 que los mexicanos trabajamos 2246 horas al año, unas 480 horas por encima del promedio OCDE (Organización para la cooperación y el desarrollo económico),

Lamentablemente es el país que presenta la peor situación de productividad laboral, la productividad de los mexicanos alcanza únicamente una puntuación de 20 en una escala de 100.

Pero no debemos distraernos, lo que estamos reflexionando aquí son algunos factores que inciden para que muchos mexicanos observen como única posibilidad, lograr mantenerse lo suficiente en un puesto, (generalmente de gobierno) o en grandes empresas, el suficiente tiempo para lograr la promesa de una jubilación digna. Podríamos estar hablando de una ilusión cruel que además no acompaña a nuestra generación pero a muchos antes que nosotros ya se ha presentado como una cruel realidad.

El modelo de jubilación anterior y lo que los gobiernos priístas construyeron como Afores, privatizando la operación de los recursos y aportaciones de los patrones y los trabajadores a su fondo de retiro, no solamente está lejos de ser “digno”, sino que es absolutamente insuficiente para una persona de sueldo promedio en el país, con familia fondear sus necesidades y llegar al anhelado escenario de “ya no tener trabajar”.

Eso para quienes todavía van a alcanzar a tener algún tipo de ahorro para su “retiro” ya que en el escenario emprendedor eso solamente es un cuento de hadas que le contaban a nuestros abuelos. Además tendríamos que preguntarnos cuál sería un esquema más justo después de trabajar 20-30 años, seguir activos, seguir siendo productivos o tener al menos un plan B en el que los grandes corporativos dejen de verte como un número, un empleado desechable, una cuota interminable que pagar al Imss y lograr avanzar a modelos donde las personas sean accionistas de las empresas para las que trabajan.

Así, volvemos al inicio, nuestra educación actual y tradicional nos lleva a aceptar esa trampa, de trabajar hasta morir o morir para no tener que trabajar. Ver trabajo como una cosa maldita que roba nuestro tiempo para hacer lo que realmente queremos, entonces salir a medio rendir, medio generar y medio vivir. Gastar todo antes de quincena, añorar los viernes, los puentes, las vacaciones y regresar al endeudamiento. Un mal trabajador del estado es un mal mexicano, el que acepta un puesto para el que no está capacitado, quien está dispuesto a sentarse frente a una computadora a s…

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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