Columna: La última jugada de Silvano
Por POLITÓLOGO ARNULFO LÓPEZ SOTO.
Hoy Michoacán se encuentra en el centro de toda noticia, opinión y análisis del país. Infortunadamente el motivo no es un premio nobel, un premio académico o un reconocimiento científico, sino el tremendo “papel” que está construyendo nuestro actual gobernador. Y lo expreso así, porque soy critico de las formas, no del fondo, y esto sí debo de enfatizarlo a lo largo de esta columna.
El pasado 06 junio del año en curso, se llevaron a cabo las elecciones más grandes que el país ha tenido a lo largo de su historia, y Michoacán fue parte de ellas. Aquí se eligieron 1 gubernatura, 24 diputaciones de mayoría relativa, 112 presidencias municipales, entre otros.
Pero fue justa la renovación del poder ejecutivo estatal, la que al día de hoy es tema de discordia. Las elecciones se llevaron a cabo – al parecer con cierta normalidad y orden – y al finalizar conteos respectivos el excandidato Alfredo Ramírez Bedolla, por la coalición “Juntos Haremos Historia”, resultó gobernador electo. Y como en toda contienda siempre que hay un ganador, hay un perdedor, siendo este último caso el excandidato por el “Equipo por Michoacán”, Carlos Herrera. Hasta aquí, y con las palabras de Herrera diciendo que sería respetuoso de los resultados, hubiera parecido que la transición a la gubernatura iba a ser de lo más normal y protocolariamente posible… PERO NO.
Bastaron unos cuantos días para que Silvano Aureoles, gobernador del estado, saliera a afirmar, sí, afirmar a nivel nacional, que las elecciones en Michoacán habían sido manipuladas por el crimen organizado a favor del partido ganador, del cual no es militante, evidentemente. Ha hecho un verdadero espectáculo. Fue a un noticiero nacional a aseverar lo antes mencionado; fue a Palacio Nacional, justo en “la mañanera” de AMLO, donde el lugar estaba lleno de reporteros, en busca de entrevistarse con el ejecutivo nacional; fue a la Suprema Corte de Justicia de la Nación buscando ser recibido por el ministro presidente. Y todos los lugares mencionados tienen un factor denominador: Ninguno está facultado para resolver la supuesta inconformidad del gobernador. Lo anterior deja claro que Silvano busca, antes de una verdadera solución al problema real, un protagonismo para su persona. Y bueno, con todo este panorama, tiene que venir una ampliación aun mayor.
En primer lugar, hay que señalar sin temor alguno, que Herrera fue el candidato puesto por el mismo gobernador; bueno, basta solamente saber la historia política de ambos personajes, para llegar a esa conclusión. Menciono esto porque mientras estábamos en tiempos electorales, Aureoles se mantuvo al margen de las mismas, pero cuando los resultados no favorecieron a su candidato, es donde vemos que sus intenciones salen a flote. Evidentemente, y con todo esto lo ha hecho ver, sus intereses descansaban en el triunfo de Herrera, cosa que no se cristalizó.
En segundo lugar, y siendo totalmente honestos, el gobernador no está descubriendo ningún hilo negro que no hayamos conocido con anterioridad. Es un secreto a voces que la delincuencia organizada por muchísimo tiempo ha tenido intereses particulares en la política a niveles inimaginables. Lo que hoy intenta el ya mencionado, es querer hacerlo público, por dos cosas:
1. Como ya se mencionó, ¡NO GANÓ SU CANDIDATO!
2. Desprestigiar al partido que representa el candidato ganador en el estado y al ejecutivo federal (AMLO), aunando esta lucha absurda que tiene con este último.
Y, en tercer lugar, suena ilógico, irónico y burdo, que nuestro gobernador se quiera poner las vestimentas de héroe nacional, cuando el estado que él gobierna y administra, se encuentra totalmente fuera de control en temas de seguridad. Aguililla es el máximo ejemplo.
Es menester volver a dejar algo en claro y no confundir al lector: El fondo de este asunto lo aplaudo porque es imperativo denunciar cualquier delito, pero las formas las critico porque no las hizo bien, y lo único que logró fue quitarles credibilidad a sus acusaciones y exhibirse él mismo, y de paso a todo nuestro estado.
Queda claro que nuestro gobernador ha iniciado un camino muy complicado y escabroso; pero también queda claro que hay un trasfondo en todo esto que está haciendo. Tal vez sus intenciones son buenas, el tiempo lo dirá, pero hoy en día, infortunadamente creo que, como profesional en el tema, sus intenciones están lejos de verdaderamente proteger a Michoacán.
Tengo dos hipótesis:
1. Silvano, el personaje político, ha iniciado campaña.
2. Silvano, el personaje político, busca anular la elección pasada para protegerse a él mismo.
Lo repito… el tiempo lo dirá.
… el que lee, entienda.