Columna: Vivimos en un tiempo de desenlaces

 Columna: Vivimos en un tiempo de desenlaces

Nos está tocando vivir el desenlace de tramas que se escribieron hace décadas.

Por Omega Vázquez

En muchos sentidos de nuestra existencia como seres humanos, estamos viviendo los desenlaces de novelas escritas y actuadas en los últimos años, estamos siendo testigos del final de prosas pensadas antes de nosotros, motivadas e inspiradas por personajes muchos cuyos nombres apenas recordamos.

Cuando alguien me dice que hace dos años México cambió, cambió porque ganó democráticamente la voz de millones de mexicanos que decidieron probar algo nuevo, yo les digo no fue hace dos años, fue una novela que se construyó y se escribió con esos mismos personajes 20 años atrás, ¿todavía recuerdas lo que estabas haciendo dos décadas atrás?
– yo si lo recuerdo porque hace 20 años yo estaba escribiendo un ensayo acerca de lo que para mí en ese momento era un cambio trascendental de nuestro país, yo estaba en la universidad de periodismo haciendo un ensayo acerca de lo que significaba la llegada de un partido diferente a la presidencia de nuestro país, estaba hablando de Vicente Fox y de las promesas y del empleado de Coca-Cola que traería modernidad e inovación a un país que yo apenas descifraba a un sistema al que yo no creía  pertenecer. A mis 18 años, apenas consciente de lo vulnerable que estaba ante las decisiones del gobierno, lo único que podía pensar era, ¡esto está chingón! soy testigo de algo histórico. 

Sacaron a un partido de 70 años, de gente vieja, corrompida, corrupta y tenían la posibilidad de escribir una nueva historia. Ese sentimiento que yo tuve hace 20 años lo reconozco, lo veo y lo entiendo en los jóvenes de la generación del “desafuero”, de la generación que vio cómo le robaban el triunfo, la posibilidad, la ilusión y los planes de cambio a un Andrés Manuel López Obrador que tenía muy claro los problemas del país

¡Nunca fui panista ni mucho menos participé en ese tiempo en la política! estudiando periodismo me forjen la crítica, en el cuestionamiento, en la investigación y en el pensamiento poco liberal, siendo estudiante de periodismo en la plena flor de mi juventud era imposible que me asociara o me identificara con un partido político, sin embargo, estaba enganchada con la posibilidad de presenciar el añorado y prometido cambio que México necesitaba y que sigue necesitando.

Aquella promesa no se cumplió, nada pasó, los poderosos siguiendo siendo poderosos, los ricos siguieron siendo ricos, los abusivos siguieron siendo abusivos y aquel gobierno terminó siendo más de lo mismo

Aún así, 18 años después, en mi plena adultez, fui testigo de otra gran oportunidad, como generación la segunda de poder transformar lo que ahora sí sabía y era conciente nuestro país necesita, con un actor distinto, en una nueva novela, en una nueva realidad en donde los jóvenes no solamente escribían ensayos como yo, sino que estaban dispuestos a salir a manifestarse en las urnas junto con sus padres, abuelos, vecinas, amigas y romper de una vez por todos la inercia que venían arrastrando, esa es la diferencia entre aquella generación que vimos llegar a Fox y esta generación que ve llegar a Andrés Manuel, un líder con muchas más tablas, un líder que impone y legítima, pero que aún así, sólo no puede terminar con años y años de prácticas nocivas, aceptadas y fácilmente olvidadas de gobiernos anteriores.

No es poca cosa ser testigos de la historia, ser protagonistas o reparto de una novela que se sigue escribiendo y que está esperando nuestro rol, que sigue esperando que esos participantes pasivos se activen y decidan tener un rol protagonista en esta historia que nos va a definir participemos o no.
Hoy a 20 años de aquella promesa de cambio que llegó a los Pinos, a dos años de aquella propuesta de transformación que estén palacio nacional, tenemos que definirnos mexicanas y mexicanos, ¿cuál va ser nuestro rol, cuál va a ser nuestra acción transformadora?, qué estamos dispuestas y dispuestos a dejar atrás para lograr el país que merecemos nosotros y nuestras hijas e hijos, si tú no te transformas nada se va a transformar, dejemos atrás la idea de caudillos-todopoderosos y supra humanos. Si quieres una transformación, se parte de ella, nada va a cambiar si nosotros seguimos siendo mexicanos conquistados, colonizados, tramposos y machistas, la transformación se construye entre todos y todas, con el ejemplo que damos en casa, dejando de ampararnos en la corrupción, en la tranza y el nepotismo.

De la autocompasión al protagonismo. Esta novela la escribimos juntos. Tenemos una oportunidad histórica, el mundo nos está marcando la pauta y si no la escuchamos, nos vamos a quedar atrás, más atrás que la escenografía.

¿Qué piensas?, compárteme tu sentir, estoy atenta en mis redes sociales.

Omega Vázquez FB

Fan page e Instagram.
 

Avatar photo

Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

Deja una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.