Cuando el “amor” se vuelve muy peligroso

 Cuando el “amor” se vuelve muy peligroso

El delito de trata de personas es una realidad lamentable que sigue dañando la vida de muchas  personas principalmente mujeres, niñas y niños, es uno de los tres delitos más cometidos a nivel internacional con ganancias millonarias, es también un  delito que no conoce barreras ni fronteras y en el que desgraciadamente la ceguera social y la invisibilidad de su existencia deja cada día más víctimas. 

Una droga sólo se puede vender una vez: quien la compra, la consume y se acabó. Un arma o arsenal sólo se vende una vez: quien recibe el dinero no la vuelve a ver. A un ser humano se le puede vender al día 60 veces, y al día siguiente otras 60 veces más. 

La esclavitud y la explotación de seres humanos nunca han dejado de ser una realidad. 

Estas formas de explotación son cotidianas, visibles, toleradas y fomentadas, hoy de forma no tan diferente a otros siglos en que la llamada “trata de blancas” era incluso algo legal. Lo cierto es que,  la esclavitud y la explotación de seres humanos, dejan ganancias inimaginables a los y las tratantes, pues las víctimas de estos delitos son explotadas una y otra vez. 

Entre las diferentes realidades —la disposición de niñas para los matrimonios forzados, de niños para la mendicidad, de mujeres indígenas para la explotación laboral, de mujeres y hombres para la prostitución ajena, de personas adultas mayores para trabajos y servicios forzados, de bebés para adopciones ilegales, de jóvenes para utilización en actividades delictivas o en conflictos armados—, algunas nos quedan más cerca que otras, y esto nos obliga a detener nuestro andar, abrir los ojos y pensar que a cualquiera de nosotras y nosotros nos puede pasar. Pocas cosas han cambiado en la historia de la comisión de este delito. 

La denominación del delito, que ahora visibiliza la explotación no sólo de un tipo específico de mujer u hombre, sino que engloba todo aquel abuso que puede ser sufrido por cualquier persona, puede ser lo más notorio. 

Pero, aunque esfuerzos internacionales y nacionales han dado pie a normas para su sanción y erradicación, las redes de protección, de contubernio, de corrupción, la indiferencia que como seres humanos tenemos por el dolor del otro y la ceguera social, han propiciado que este delito, prohibido desde la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sea hoy en nuestro país uno de los más recurrentes y menos visibilizados. No importa tu edad, tuclase social, el color de tu tez, ni tu sexo. 

La ley General contra la Trata de Personas en México establece 11 modalidades bajo las cuales se puede llevar a cabo este delito, una de ellas,  la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, es una de las mas cometidas por grupos de tratantes que cruzando fronteras explotan a las niñas y mujeres en diferentes territorios.

En días pasados una noticia giro en diversos medios, en ella se daba a conocer que se condenaba a más de 30 años a una familia de apellido ‘Meléndez’ en la corte de Estados Unidospor el delito de trata de personas, principalmente mujeres,esta familia era originaria de Tenancingo Tlaxcala en México.

Seis hombres cinco de ellos parte de la familia Meléndez fueron sentenciados por el Tribunal Federal de Brooklyn en Estados Unidos, acusados de prostituir niñas y jovencitas mexicanas en ciudades norteamericanas.

Todos ellos durante más de 10 años forzaban a sus víctimas mujeres y en la mayoría de los casos menores de edad,  a ejercer la prostitución a partir de engancharlas con falsas promesas de amor y matrimonio y bajo el conocido amor romántico, que hace creer a muchas mujeres que encontraron  por fin su príncipe azul,  o a ese amor que nos vende la mercadotecnia como el amor a primera vista. 

Ellos, los Meléndez enamoraban a sus víctimas para después trasladarlas ilegalmente a Nueva York o Nueva Jersey en Estados Unidos, donde las amenazaban y golpeaban para seguirlas explotando.

Los mecanismo de control para las víctimas incluían violencia física y sexual, amenazas y fraude para obligarlas a trabajar en la prostitución forzada en la ciudad de Nueva York, Long Island, Nueva Jersey, Connecticut y Delaware. La captación de las víctimas  fue en México y enganchadas desde Tlaxcala. 

La sentencia que emitió la Jueza federal de distrito, genera un mensaje claro de que el delito de trata existe, que el amor romántico y el engaño del mismo es un mecanismo que hace que miles de niñas, adolescentes y mujeres sean víctimas de redes de tratantes todos los días. 

Aunado a la sentencia, se ordenó a los acusados pagar la restitución del daño a las víctimas.

El falso amor y las falsas promesas de una vida mejor han sido un mecanismo recurrente de enganche para miles de víctimas de la prostitución forzada y de explotación sexual, así que abramos los ojos ante estas realidades para poder identificar a tiempo si estamos en una situación de riesgo o a alguien que pueda encontrarse ahí. 

Por lo que te recomiendo:

 – Desconfía de anuncios o personas que ofrecen trabajos muy atractivos, principalmente si el trabajo es fuera de la ciudad donde vives, más aún si te piden que te tomes fotografías en traje de baño o con poca ropa.- Sé precavido con promesas de sueldo elevado donde pidan requisitos mínimos con o sin experiencia laboral.- Nunca vayas sola o solo a entrevistas de trabajo, pídele a un familia o amigos que te acompañe.- Aléjate de personas que te aborden en la calle para conocerte.- Si recibes mensajes en los que busquen seducirte, enamorarte, ilusionarte, amenazarte, chantajearte, intimidarte, o con la promesa de regalarte cosas que te gustan, platícalo con una persona de tu confianza, de preferencia con tus padres o profesoras y profesores.- Nunca hables con personas desconocidas en internet y mucho menos actives tu webcam con ellas.- Coquetear en línea con personas extrañas puede tener graves consecuencias, ya que algunas mienten y pueden hacerse pasar como personas de tu edad, nunca puedes saber realmente con quién estás tratando.

El conocimiento de las formas en que este crimen se da, nos ayudará a estar alertas, para no ser parte de las miles de víctimas sin nombre que este delito deja cada año.

El “amor romántico” no puede seguir siendo para muchas mujeres en su mayoría jóvenes un gran riesgo de ser víctimas del delito de trata de personas.

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Nuria Gabriela Hernandez Abarca

Maestra en Ciencias Penales y Criminalísticas y Medicina Legal Forense por la Escuela de Derecho de la Barra Nacional de Abogados. Ex titular de la Seimujer Michoacán.

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