El Elogio a la Locura: 2019, el Año perdido en Seguridad

 El Elogio a la Locura: 2019, el Año perdido en Seguridad

El Elogio a la Locura

José Alberto Guerrero Baena

Alejandra Yuritzi Vanegas Rodríguez

 

2019, el Año perdido en Seguridad.

 

“Al poder se le revisa, no se le aplaude.”

Brozo, el payaso tenebroso

 

2019, año en el que se confirmó que no es lo mismo ser borracho, que ser el cantinero.

 

Y al parecer no es lo mismo lo que prometió en campaña el candidato López Obrador, que lo que el presidente López Obrador ha venido operando desde que tomó posesión. 

 

En seguridad no ha sido la excepción, el año 2019 va a culminar y tenemos el peor momento en materia de inseguridad. No hay momento en que la nota roja no resalte lo que viene sucediendo en prácticamente todas las ciudades, y el gobierno federal sigue pusilánime, sin asumir sus obligaciones constitucionales.

 

En general, a muchos analistas no nos sorprendieron las medidas tomadas por parte del gobierno federal este año: entre líneas siempre nos mostró que el desorden venía acompañado de una nula estrategia de seguridad y lo poco bueno que han podido diseñar, no se ha podido desdoblar de una forma adecuada, dado el capricho presidencial de mantener un «control» de todo lo que sucede en el ramo.

 

¿Cuáles son las inconsistencias e incongruencias de este gobierno?

 

1. Es el año más inseguro en la historia moderna de este país.

 

2. Contrario a lo que se supone que la izquierda pugnaba, se militarizó la seguridad del país.

 

3. Debilitamiento de las fuerzas de seguridad locales y, por otrolado, la extinción (de palabra) de la policía federal.

 

4. Reducción del presupuesto de seguridad (FORTASEG y FORTAMUN) y se destinó ese dinero a una Guardia Nacional que sólo existe porque los soldados, marinos y policías se ponen un parchecito en el brazo.

 

5. ¿Por qué las modificaciones legales y procesales en este régimen, afectan los derechos humanos de la ciudadanía? Ya con las modificaciones constitucionales en materia de prisión preventiva oficiosa y extinción de dominio, nos damos cuenta del carácter inquisitorial de este régimen.

 

6. ¿Hay atención a las víctimas? A este gobierno ni le interesan.

 

7. Un eterno teléfono descompuesto e institucional entre las dependencias encargadas de la seguridad, sosteniendo con ello la teoría de los «otros datos».

 

Como verán, nada de lo descrito anteriormente nos puede dar una certeza de que el futuro es mejor, incluso el consuelo que tenemos los ciudadanos es que el día o la semana que vivimos es muchísimo mejor que la que viene. 

 

Así la desesperanza en materia de seguridad. 

 

 

 

Los malditos datos

 

Presidencia siempre tiene la respuesta alterna a todo, inclusocontra la información generada de sus propios organismos, incluyendo por supuesto el tema de seguridad. 

 

Retomando algunos datos que nuestros amigos de Causa en Común expusieron en su informe y que fueron interpretados de acuerdo a los datos proporcionados por el Centro Nacional de Información, nos pintan un panorama bastante oscuro, en comparación a lo que el presidente expone todos los días desde suritual mañanero.

 

La incidencia delictiva nos pinta de rojo, mientras hay quienes intentan justificar esta alza en los índices delictivos, echando la culpa a Gelipe Calderón, a Peña Nieto, a Yoda, a Tarzán, a los conservadores y, bueno, no dudo que hasta Alex Lora salga ya involucrado como uno de los «pilares de la destrucción del país».

 

El problema de no aceptar que el rumbo está equivocado, que la estrategia nada más no funciona, ha detonado los siguientes indicadores:

 

VICTIMAS DE HOMICIDIO

32, 565

FEMINICIDIOS

933

SECUESTROS

1,565

ACTOS DE EXTORSIÓN

7, 915

CIFRA NEGRA

93%

 

Seguramente las víctimas de estos delitos, están felices, felices, felices…

 

Y seguimos pensando que «la estrategia» de abrazos, no balazos, funciona a la perfección, eludiendo, por cierto, las obligaciones constitucionales del Estado y, de paso, destruir las instituciones de seguridad del Estado mexicano, para dar paso a que la militarización del país se pueda ejecutar de manera libre.

 

Pueblo bueno, les pregunto:

¿Ustedes votaron por la militarización del país?

 

¿Ya les explicaron que la Guardia Nacional es un ente inoperante que ni siquiera está contemplado su crecimiento en el Presupuesto de Egresos del 2020?

 

¿Ya saben de dónde vienen las «plazas» de la Guardia Nacional?

 

¿Por qué el presidente ha fomentado el crecimiento de este ente inexistente (Guardia Nacional) debilitando a su vez a las Fuerzas Armadas y Navales?

 

¿Por qué SEDENA está cumpliendo funciones que no le corresponden?

 

 

AMLO y SEDENA

¿Qué pacto oculto tienen o qué se saben?

 

Para nadie era un secreto la manifiesta animadversión que hacía pública el candidato López Obrador contra las Fuerzas Armadas. Prácticamente en todos sus videos de campaña, era una profunda y eterna queja por la militarización hecha por el villano favorito Felipe Calderón, donde prometía que, cuando iniciara el sexenio, los militares y marinos regresarían a sus cuarteles. 

 

Nada más falso. Justo era leer con detenimiento los programas de campaña y planes «estratégicos», a nadie le ocultó sus intenciones de militarización, posteriormente de creación de una guardia nacional pretoriana y, posteriormente, de asignarle al ejército funciones que no les corresponden.

 

 

Hoy en día las Fuerzas Armadas:

 

1. Construyen aeropuertos…

 

2. Encabezan operativos de regreso a clases…

 

3. Aseguran drogas…

 

4. Actúan en delitos de alto impacto.

 

Y estas funciones seguirán conforme a los acuerdos políticos hasta el 26 de marzo de 2024. 

¿Podremos confiar en que el ejército volverá a sus verdaderas funciones en esa fecha?

 

O nos volverán a aplicar los postulados chimoltrufios de este gobierno: 

«cómo digo una cosa, digo otra».

 

Sinceramente, la duda prevalecerá siempre, dado que desde la primera magistratura de la nación no se respetan las leyes, menos desde una legislatura que acomoda las leyes para beneficio del régimen (lo cual dijeron que no harían, pero las delicias del poder cambian todo).

 

Construir destruyendo.

 

Las prioridades de este gobierno morenista fueron muy claras: destruir lo que ya estaba construido, aun cuando funcionara bien. No importa construir de cero, siempre y cuando se apegue a las ocurrencias y locuras del líder.  

 

Las bases de la construcción-destrucción del paradigma de seguridad en este nuevo gobierno son los siguientes:

 

1. Desaparición de la Policía Federal. Con ello estigmatizaron no sólo a una corporación, sino también a prácticamente todas las policías del país y, a su vez, se comenzó con una política de violación de derechos laborales hacia los integrantes de las corporaciones de seguridad, tanto federales, estatales y municipales.

 

2. Debilitamiento de las Policías locales. Donde los programas FORTASEG y FORTAMUN se redujeron de manera considerable para destinar esos recursos a SEDENA, SEMAR para dotar de recursos a la Guardia Nacional. 

 

Por otro lado, tenemos un programa de fortalecimiento de las policías locales, el Modelo Nacional de Policía, que quizás es de lo poco bueno en materia de seguridad de este gobierno, pero que no está suficientemente apoyado por la Secretaría de Seguridad, dado que la única apuesta es y seguirá siendo la ineficiente Guardia Nacional.

 

3. No tenemos un censo nacional de policías. No hay un registro oficial de los elementos de las corporaciones de seguridad pública del país, donde se estipulen desde los salarios percibidos, las jornadas laborales, las prestaciones a las que tienen derecho y los requisitos del servicio profesional de carrera policial. 

 

4. Tenemos 382 Policías asesinados en el país. ¿Quién verá por hacer justicia pronta y expedita para los policías caídos en el cumplimiento de su deber? Por lo menos, en el nuevo gobierno federal, no se tiene la mínima intención de hacer justicia para las víctimas ni para sus deudos.

 

Seguridad sin inversión 

 

En política de seguridad los recursos son necesarios. Inversión federal, estatal y municipal son pertinentes y necesarias para poder tener a nuestras corporaciones bien equipadas y que puedan cumplir con su labor. Pero si desde el gobierno federal vienen los recortes (sabemos que es quien tiene mayor responsabilidad en cuanto a las aportaciones para el rubro), viene la hecatombe.

Los números son claros y duros.

 

En seguridad, el estado mexicano va a invertir alrededor de 225, 950 millones de pesos. Poco menos del 1% del Producto Interno Bruto del país y, en cambio, se ha beneficiado de una manera considerable a las Fuerzas Armadas, a la Marina, quitando dinero del Fondo de Aportaciones a la Seguridad Pública y al FORTASEG. 

 

¿Ello no busca centralizar la seguridad en la Guardia Nacional?

¿Acaso no somos una federación de estados?

 

Por qué no buscar mejor mecanismos de transparencia para que los fondos depositados al rubro sean auditados y transparentados de una manera rígida, eficaz y eficiente y, por otro lado, impulsar a que los estados y municipios tomaran el toro por los cuernos en cuanto a su problemática y aporten las cantidades correspondientes, además de que este dinero no sea la caja chica de los ediles y gobernadores (como sucede actualmente).

 

Esta disminución del presupuesto es letal, se retrasa o cancela procesos de capacitación y certificación de policías, la adquisición de equipamiento básico para los elementos, infraestructura, tecnología y aditamentos estratégicos, no hay un mejoramiento delos servicios de video vigilancia y emergencia (los 911 estatales) y los programas de prevención social de la violencia y la delincuencia. 

 

Pero eso sí, vemos capacitaciones de Guardia Nacional en 2 meses, capacitaciones en lugares indignos y elementos que no saben cómo actuar ante situaciones donde se les necesita. 

 

¿Es este el estándar de excelencia de los gobiernos de «izquierda»?

 

En seguridad, el presidente no sabe comunicar

 

La panacea y aparador de la información gubernamental son las mañaneras del presidente. Tomando como base el documento de Causa en Común, donde hicieron un análisis preciso de cuestionamientos hacia el ejecutivo en esos rituales matutinos, exponemos unas cifras bastante interesantes:

 

1. Han sido 140 preguntas con respecto a información sobre seguridad.

 

2. De las cuales 118 no es posible verificar la respuesta.

 

3. 13 respuestas no concuerdan con las afirmaciones del presidente.

 

4. Y sólo en 9 respuestas la información es correcta.

 

¿Otros datos?

 

Si son los suyos…. cómo engañar a la ciudadanía con otros datos si el efecto de contratación son los datos vertidos por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. 

 

¿AMLO VS AMLO?

 

Para terminar…

 

Vivimos una situación de emergencia en materia de seguridad. El Ejecutivo Federal y la Secretaría de Seguridad ni sus luces de corregir el rumbo, siguen montados en la necedad de los «Abrazos y no balazos». 

 

 

 

Vemos que la estrategia montada desde los cuarteles militares tampoco está funcionando, ni operativamente, ni administrativamente. Centralizar todo en una Guardia Nacional ha sido el peor de los caminos tomados por el gobierno federal, dada la inexperiencia de los elementos y también por las situaciones de carácter jurídico presentadas al respecto. 

 

Las reformas jurídicas nos presentan como un país que, al parecer, sólo busca chivos expiatorios en lugar de apelar a los derechos humanos, violentando con ellos la presunción de inocencia que es uno de los pilares del SJPA. 

 

En poco tiempo, probablemente, montemos una picota en la Plaza Mayor o un quemadero de culpables, que siendo señalados desde el púlpito mañanero serán echados a la hoguera de las redes sociales y posteriormente señalados como condenados. 

 

Es la naturaleza de los gobiernos dictatoriales, la esencial de regresión de los regímenes autoritarios con los cuales hace alianza este gobierno morenista donde, por supuesto, se olvida de combatir al crimen organizado y se justifican sus acciones. 

 

Al parecer la seguridad de los mexicanos está únicamente en manos de Dios, porque este gobierno federal no le pone ni le pondrá atención y ni siquiera pensar que corregirá el rumbo.

 

En seguridad no debería de haber necedades ni sectarismos. 

 

Si algo funciona, evalúalo y dale continuidad, no lo destruyas… 

 

 

Investigadores del Foro Latinoamericano de Antropología del Derecho.

 

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Redaccion Indicio Michoacán

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