El elogio a la locura… De la constitución moral y panfletos evangelísticos

Por: José Alberto Guerrero Baena

 

«La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas
y repetirlas incansablemente,
presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas,
pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto.
Sin fisuras ni dudas.»

Joseph Goebbels
Ministro de Propaganda Nazi.

Al ver esta nueva ocurrencia del gobierno entrante, me llegó una pregunta que sí removió mi conciencia al tratar de redactar esta columna que usted va a leer:

Si el pueblo es «bueno y sabio»,
¿Por qué se necesita redactar un documento que intente normar su comportamiento?

¿No se supone que por esa sapiencia, por su comportamiento intachable y por su probidad se apeló al voto ciudadano, el cual favoreció de manera contundente al entonces candidato López Obrador?.

Es una contradicción total; primero, adular a la población porque es íntegra en su comportamiento y, por otro lado, al tener el control del poder , «sugerir» un código de comportamientos deseables para la ciudadanía.

Contradictorio, por supuesto, porque de esos 30 millones de mexicanos que avalaron tal elección, sólo un porcentaje mínimo acude a los llamados a las «misas paganas» que son las consultas para «elegir» a los programas del gobierno federal. Se supone que al convocar a un comportamiento probo, íntegro y sin mancha, pues debería de prevalecer un estado de derecho donde, al tener mecanismos marcados y leyes cotundentes en la materia, pues se sigue entrando en polémica al ser el mismo gobierno quien alienta a violar la probidad de algo a lo que está convocando, ”la honestidad pregonada”.

El mexicano, como todo ser humano, es un animal social, requiere de una organización, de una norma que le indique sobre lo que está permitido y lo que no, derivando de ahí una palabra que a muchos nos asusta porque puede ser aplicada bajo contextos de conveniencia personal, política, social y lo que quieran sumarle: MORAL.

Pero, ¿cuál será la moral imperante?
Porque el concepto de moral deviene de épocas, pensamientos e ideologías formadas a lo largo de la historia de la humanidad.

¿La de un grupo sectario que ha calificado a los ciudadanos discordantes de su credo?

Con todo lo que implica aplicar apelativos suficientes para dividir una sociedad de por sí frágil ante las ideologías mesiánicas, muchas contradicciones y pocas respuestas claras.

¿La del grupo de redactores de esta nueva ocurrencia doctrinaria?
Tomando en cuenta que Verónica Velasco es la cabeza «pensante» del émulo de Goebbels, el tan renombrado Epigmenio Ibarra, sí, ese de las series de narcotraficantes que fomentan estereotipos de vida nada moral por cierto, o de Jesús Ramirez Cuevas, el vocero y ejecutor de las ideas de este grupo, que lleva a la práctica las «consultas» que están fuera de los márgenes de la ley , donde se «validan» decisiones ya tomadas desde un escritorio.

O de políticos con renombrada opacidad, que bajo el amparo del Señor que perdona hasta la maldad del ser humano, se han escudado en esta nueva doctrina.

¿Estos son comportamientos morales?

Alfonso Reyes, desde su visión, donde aduce que se han inspirado para conformar la convocatoria para este panfleto, habla de verdades, de discernir sobre el bien y el mal, sin duda cuestionaría de una manera muy severa los comportamientos hipócritas de los que ahora pregonan la nueva MORAL.

La convocatoria para conformar el citado documento habla sobre el proponer el respeto a ciertos valores, fomentar la pluralidad de identidades y fomentar el respeto a las derechos humanos.

Pero las interrogantes de este escribidor son las siguientes:

1. Respeto a la familia.
¿Qué tipo de familia?
Tomando en cuenta que en Morena hay sectores ultraconservadores muy fuertes donde el pensamiento retrógrada es el prevaleciente, ¿cuál será la moral que prevalecerá ante la familia?. ¿La familia en su concepto integral o en el estricto sentido procreador?

2. Respeto a la sociedad.
¿Qué tipo de sociedad deseas?
¿Una sociedad adoctrinada que no cuestione tus decisiones y que siga aplaudiendo todas las decisiones erróneas que se tomen. O una sociedad a la que puedas ser capaz de escuchar aunque se disienta de su opinión y criterios?

3. Respeto a la Patria
¿Qué patria? ¿La patria juarista que han idealizado muchos de los políticos afines a Morena y aliados o la patria que es capaz de acoger todas las opiniones, de ser inclusiva y propositiva?. Es patria que no fue capaz de respetar la vida de un indígena, de un criollo y de un europeo en el paredón y que ha ordenado encerrar, olvidar y demonizar todo aquello que no está dentro de lo «correcto».

4. Respeto a la especie humana.
¿Acaso la especie humana está en juego o supervivencia? Creo que la premisa de esto debería ser el respeto a la otredad, a la existencia del otro, con sus valores y fortalezas sin tener que cambiarlo o adoctrinarlo. Ante el marcado centralismo imperante en este nuevo gobierno, ¿será capaz de respetar a quienes también son integrantes de la patria y piensan diferente, como los pueblos indígenas que han peleado ( por el camino de la ley) su autogobierno?

5. Respeto a la naturaleza
El debate abierto con respecto al tren maya y otros proyectos sustantivos que implican una intromisión de la mano del hombre en reservas naturales, han puesto en entredicho este «respeto». Por ejemplo ¿ respetarán el ecosistema de Santa Lucía y pondrán ejemplo al Pueblo bueno?

La moral no viene por decretos ni por constituciones o evangelios. Lo que es bueno para mí, no lo será para el otro y es donde radica la diferencia y el consenso para poder organizar una sociedad. Quien pregona esto como un postulado de gobierno y de vida, debe de cuestionarse de manera interna, si quienes pregonan estas ideas, son los idóneos para poder llevar a la cúspide un documento que norme lo que los mexicanos debemos ser.

Las descalificaciones que tú como ciudadano haces, a quienes disienten de tu propio pensamiento, ¿son morales?.

Se las dejo de tarea y nos leemos en el siguiente sexenio.

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L.C.C. Fernanda Espinosa Méndez