Elecciones 2019: Todo depende del cristal por el que se mira

 Elecciones 2019: Todo depende del cristal por el que se mira

Por: Diego Leal

El domingo pasado, los estados de Baja California, Puebla, Durango, Aguascalientes, Quintana Roo y Tamaulipas acudieron a las urnas. Los dos primeros eligiendo gobernador, alcaldes y diputados locales, mientras que los demás, ayuntamientos y en algunos casos, diputados locales.

Por obvias razones, los representantes de los dos principales partidos políticos en México hoy por hoy, Morena y PAN, después de conocer los resultados afirmaron que habían salido victoriosos.

Mientras el PAN reconoció triunfos en Tamaulipas, donde ganó 21 de 22 distritos electorales y Aguascalientes, subiendo la votación de hace 3 años y aumentando en 1 los municipios gobernados, Morena festejó que arrebató al albiazul los estados de Puebla y Baja California.

Como observamos, cada partido festeja sus triunfos, pero difícilmente reconoce sus derrotas y lo peor es leer a sus fanáticos demeritar los triunfos del otro, atribuyéndoles un dejo de corrupción.

Si bien Morena sale victorioso, porque en el papel, los “primeros premios” eran las gubernaturas, ganando de 2/2, la votación de este partido, al menos en Puebla no alcanzó para ganar las zonas urbanas en aquel estado, por lo que se pone en riesgo en 2 años la continuidad de los ayuntamientos principales en aquella entidad en manos guindas.

De hecho, de haber tenido un PRI más competitivo, es posible que la elección hubiera sido más cerrada, dado que el perfil del votante de Morena y del PRI son similares. A pesar del error estratégico por parte de la dirigencia panista de distanciarse del grupo hegemónico en aquel estado, el morenovallismo, el candidato ciudadano del PAN-PRD-MC obtuvo una buena votación en términos de porcentaje, quien no obstante haber sido derrotado en esta elección, no se puede dar por perdido todo en Puebla para Acción Nacional, ya que el desgaste natural de Morena se vio reflejado, así como el abstencionismo, en la baja votación de Morena en las zonas urbanas de aquel estado.

En cuanto a Baja California, ese sí supuso un duro revés al panismo nacional. Baja California fue el primer estado que el PAN ganó como partido en 1989 y a partir de entonces, no había perdido la gubernatura en aquella entidad, incluso hace 6 años, cuando el PAN había pasado sus horas más bajas al perder la Presidencia de la República y quedar en tercer lugar en la contienda presidencial.

Hoy Baja California se pintó de guinda casi en su totalidad, desplazando al PAN al segundo lugar y al PRI, otrora fuerte competidor en aquel estado, a un partido testimonial. Una vez más, observamos que el traslado de votos se dio entre el PRI y Morena, siendo el abstencionismo, una constante en aquel estado, el principal ganador de la contienda.

Así pues, en el balance, cada partido festeja lo que a su juicio es una victoria. Para Morena, dos gubernaturas más, que tienen un peso específico fuerte, sobre todo en cuanto a operatividad electoral y el PAN festeja el haber parado la sangría de votos e incluso el subir en número de sufragios frente a su principal competidor a nivel nacional.

El reto de Morena será afianzarse sin la presencia del caudillo, haciendo que su partido adquiera otro significado que no sea la mano operativa de López Obrador, mientras que el PAN tiene como reto, volver a ser una opción ciudadana, apuntalarse como la principal oposición al gobierno federal desde lo local, ya que a nivel federal sus pobres resultados en las elecciones pasadas lo dejaron muy menguado como para poder obtener triunfos en el poder legislativo federal. En síntesis, a Morena le hace falta más administración, al PAN más comunicación.

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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