Fuego nuevo Purépecha por Gerardo Herrera Pérez

 Fuego nuevo Purépecha por Gerardo Herrera Pérez

Gerardo A. Herrera Pérez

Hoy, fue un día especial, como lo son prácticamente todos los días de mi vida; cuando salgo y me siento vivo, porque hablo y escribo, respiro, para no sentirme muerto y veo el universo, veo la naturaleza, y me doy cuenta de todo lo que podemos hacer por la vida y por nuestros semejantes, es decir no es solo un día más, es un día especial para transformar, para transformarme. En ocasiones no basta impulsar acciones con dignidad humana, hace falta acompañarla de la espiritualidad. Es decir, de aquello que nos hace respetar la vida, la naturaleza, la lluvia, la tierra, el fuego, el aire, las plantas y los animales, el bosque, la otredad, lo relacional, la vida misma.

Este día, y desde ayer, fui invitado por las autoridades municipales de Pátzcuaro, a esperar a los cargueros que vienen de Naranja de Tapia a llevar el fuego nuevo Purépecha a Cuanajo, y en el paso por las comunidades hay que pedir los permisos para el tránsito de la espiritualidad del Fuego Nuevo y de quienes le acompañan.

Estuve desde las dos de la tarde en la plaza Don Vasco, ahí, donde suceden todos los eventos de gran impacto social; ahí llegarían los cargueros, estarían hombres y mujeres que en un caminar desde Naranja de Tapia portarían con respeto, gallardía y espiritualidad dicha flama producto de quemar pedazos de madero cuyo significado es importante, porque representa vida, energía, espíritu.

El contingente que acompaño al Fuego Nuevo, venia de las cuatro regiones del reino Purépecha: de la Cañada, de la región Lacustre, de la Meseta, de la Ciénega de Zacapu; cada color de la bandera Purépecha representa cada región. En ocasión de tan importante evento de espiritualidad, tuve la oportunidad de saludar a muchos de los compañeros y hermanos indígenas y otros más que acompañan este proceso porque les nace su espiritualidad, como a Sol Baruch, a Salvador, a Edgar, a Isabel, y muchos más a quienes aprecio por su condición humana y de vocación de servicio.

Por la parte del frente del portal del Antiguo Palacio Municipal en Pátzcuaro, se abrió una vaya para que pasara el contingente, ahí de manera discreta y respetuosa me alinee; a la llegada del contingente caminaban por delante mujeres con incensarios de barro negro, seguramente elaborados en Santa Fe de la Laguna, ellas purificaban el ambiente, y atrás, el contingente que acompañaba al Fuego Nuevo. Pasos más adelante y sobre la plataforma de la astabandera llegó el contingente y en ella se fijaron las 5 banderas, 4 de las regiones y 1 del reino Purépecha, además del contenedor del Fuego Nuevo, el cual era atizado por un par de leños que daban vida a las lenguas de fuego que destacaban sobre dichos leños.

Ahí, se dieron palabras de ancianos, quienes agradecieron el recibimiento del pueblo de Pátzcuaro e informaron acerca de su ruta a seguir para llegar a Cuanajo, casa del Fuego Nuevo para este año Purépecha.

Las autoridades en un ejercicio de compartir la alegría se dieron a la tarea de presentar un cuadro artístico de danzas, del Ballet Folclórico Petatzécuaro, del maestro Villicaña, hombre generoso y de gran calidad humana y artística, que arrebato los aplausos de los presentes por su gran calidad coreográfica y su pulcro vestuario.

Pasadas las danzas, se ofreció a los cargueros y contingente una comida y descanso en el Palacio Huitzimengari, la cual agradecieron. Ellos, cargueros y contingente nuevamente salieron en punto de las seis de la tarde camino a la Vitela, después su destino final, Cuanajo.

En Cuanajo los esperan a las ocho de la noche, mañana será un día intenso, estarán al amanecer en el ojo de agua principal de Cuanajo, para que el Fuego Nuevo reciba los primeros rayos del sol, después seguirán las ceremonias y por la noche, la gran noche, la noche de Fuego Nuevo; en punto de las doce de la noche, se apagaran todas las luces de Cuanajo, solo estarán prendidas las luces de las antorchas y la propia que genera desde ya, desde la inmensidad, desde la espiritualidad, la luz del Fuego Nuevo.

Ahí estarán los caracoleros, estarán las mujeres que llevan el incensario, aquellos ancianos que son la sabiduría del pueblo Purépecha, y pedirán a los cuatro puntos cardinales, con una profunda espiritualidad el mejor año Purépecha.

Mañana, será otro día, será el día del Fuego Nuevo, un nuevo año, un año de espiritualidad nos espera, gracias en este acompañamiento a Pedro Chavéz, Elvia Higuera.

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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