Me voy, pero no me voy… el extraño caso de la Comisionada que quiere ser diputada

La noche del 31 de agosto de 2018 en punto de las 23 horas, el Ingeniero Alfonso Martínez Alcázar, alcalde saliente de Morelia, le entregó al Edil electo Raúl Morón Orozco el mando de las fuerzas policiales como parte del protocolo de la entrega-recepción de la administración pública municipal.

Un acto sin precedentes para dar a conocer en plena transparencia, el despliegue de seguridad con que contaba el Ayuntamiento de Morelia para preservar la garantía constitucional de la seguridad que por ley le corresponde al Municipio.

Una de las grandes incógnitas que sin duda nos cuestionábamos los especialistas en seguridad, era quien iba a tomar las riendas de la política de seguridad en el Municipio, después del papel sobresaliente que había logrado esta administración en la materia con el crecimiento de la Policía Municipal y posteriormente con la aplicación del modelo policial que hoy en día ya es una política de seguridad.

Nunca hubo una circulación de nombres, hasta que llegada la noche nos dimos cuenta que quien llevaría la responsabilidad en la materia sería una mujer, Julisa Suárez Bucio. La elegida, por supuesto sin ninguna experiencia previa en el área (la asesoría en procuración de justicia no cuenta como experiencia en seguridad, aclaremos), por lo que fue la apuesta o albur que el propio alcalde entrante se jugó para encabezar un proyecto que internacionalmente fue avalado a la administración anterior.

No basta ser un experto en la materia para saber que quien no tiene conocimientos en el área, sin duda podría hacer que fracase un proyecto que iba a ser encaminado a ser de los mejores del mundo en la materia. Y mucho menos, que el hacerlo saber a su personal a cargo de inmediato causaría una ingobernabilidad dentro de la propia Policía Municipal.

En materia de seguridad, el resultado debe de ser inmediato y con conocimiento de terreno y de estrategia. Sin duda el gobernar una capital como Morelia, con su devenir y sus problemas, además de la cotidianeidad policial, implica una dedicación de las 24 horas del día y los 365 días de la semana.

Al parecer esta funcionaria nunca se tomó en serio el papel., nunca creyó que debía de mejorar al 1000% la labor que le dejaron sus predecesores, que tenía encima los ojos de la población y sobretodo del gremio policial. Sin duda el desconocimiento manifiesto en la materia, el caos operativo en que la propia corporación cayó.

Los números no mienten y sería repetitivo volverlos a mencionar, la confianza y la percepción ciudadana que se tiene de la corporación municipal cayó a niveles muy fuertes de desconfianza, además de que los propios elementos al verse cuestionados por las acciones realizadas en labores y por el otro lado la situación mas deplorable, el verse abandonados por sus propias autoridades ( los casos de desaparición forzada, el caso del chico de Jardines del Toreo son muy ilustrativos), donde los elementos no han tenido una adecuada defensa policial y si en cambio una situación de acoso muy fuerte tanto en materia laboral como de otro tipo.

Desde la parte operativa, donde los resultados denotan un desconocimiento absoluto del tema, por el otro lado el ocultamiento de las situaciones de acoso y descomposición de la corporación y los manejos administrativos discrecionales, conjugan a una Policía que fue de las mejores colocadas a nivel nacional y modelo de trabajo, a ser una de las más opacas y con nula estrategia de trabajo que ha sido el detonante para que los ciudadanos ya no confiemos en el trabajo de esta funcionaria y que ha arrastrado a casi 1000 trabajadores a la mediocridad.

El débil despliegue operativo, las pocas unidades municipales que circulan en Morelia en servicio, el nulo equipamiento con que cuentan los policías para su trabajo y sin dudarlo el poco manejo de una política criminal que agrupe todas las áreas que implica un esquema de seguridad integral institucional.
Son un sinfín de situaciones que han ocurrido en la Comisión Municipal de Seguridad, así como las irregularidades que han pasado y han sido olvidadas por el imaginario popular y que han hecho que los policías estén abandonados por esta administración.

La conclusión de una etapa oscura…

Hoy martes 2 de marzo la Comisionada anuncia en una reunión con sus comandantes, que deja su cargo para contender por una diputación local, sin duda una aspiración legitima cuando hay una serie de resultados positivos que avalen su labor.

Pero si tomamos en cuenta que es una funcionaria que ocultó y pidió que no se denunciaran los casos de acoso sexual dentro de la corporación, que omitió una supervisión para que su personal cumpliera con las metas que se pusieron para superar lo hecho en la anterior administración, que se dio la primera manifestación policial por la defensa de los derechos laborales y encima de todo se dio una degradación de elementos derivado de una situación de acoso en materia administrativo sin dudarlo, no podrá elevar las propuestas ciudadanas al rango de legislación derivado de su poco compromiso con la ciudadanía, sí, esa que prometió cuidar cuando asumió el encargo como titular de la Política de Seguridad de Morelia.

Si a ello le sumamos que les advirtió a los comandantes que aún se encontraría al pendiente de ellos estando en la campaña, ¿hay un doble juego o doble posición para no perderle?

El tiempo lo dirá, sólo sabemos que es el inicio del fin de una etapa muy oscura en la Policía de Morelia.