¿PREMIO O CASTIGO?
La reciente propuesta del Presidente Obrador y Claudia ambos de morena, asi como del Legislativo para establecer un sistema “light” en la evaluación de jueces ha suscitado inquietudes serias respecto a la integridad del sistema judicial en México. El nuevo proceso, que reduce la evaluación a 39 factores y un examen escrito, plantea interrogantes sobre la capacidad del Estado para garantizar una justicia imparcial y eficaz.
Este cambio se presenta en un contexto de claramente creciente impunidad. Según el índice del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, más del 90% de los delitos cometidos en México quedan sin castigo. La elección de jueces competentes debería ser esencial para contrarrestar esta tendencia y fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones, según quienes la proponen.
Las diferencias entre los criterios de selección del Poder Judicial y del Congreso son notables. Mientras que el Poder Judicial se basa en una evaluación más limitada, el sistema del Congreso tiene un enfoque más absoluto, lo que podría impactar la convenienciade los jueces seleccionados. La falta de un examen riguroso podría llevar a la elección de jueces menos capacitados, lo que no solo afecta la calidad de la justicia, sino que también perpetúa la impunidad.
El contexto reciente de inseguridad, corrupción y desconfianza institucional en México exige un proceso de selección de jueces que priorice la transparencia y el mérito. Sin un sistema de evaluación robusto, existe el pequeño riesgo de que la selección se politice y el muy alto riesgo de que la elección se crimen organice, favoreciendo a candidatos que no necesariamente cuentan con la experiencia y la integridad requeridas para ejercer funciones críticas en el sistema judicial.
Además, si bien la simplificación del proceso puede parecer una oportunidad para incrementar la paridad de género en un sistema abrumadoramente masculino, este objetivo no debe lograrse a expensas de la competencia profesional. La justicia en México exige jueces capacitados y comprometidos que, al final, son la primera línea de defensa contra la impunidad.
La hoy realidad de evaluación “light” para jueces a todas luces y voces Mundiales representa un retroceso significativo en la búsqueda de una justicia sólida y efectiva en México. Es imperativo que las discusiones sobre reformas se enfoquen no solo en la inclusión, sino en establecer un marco riguroso que garantice la calidad judicial y en fiscalías, esencial para combatir la impunidad y restaurar la confianza en el Estado de derecho que de años para acá cada día existe menos.