“Rumbo al Populismo Judicial.”

La reciente propuesta de reforma judicial impulsada por el partido Morena ha generado un intenso debate en México. Esta reforma, que modifica 18 artículos de la Constitución, busca, entre otros cambios, la elección directa de jueces, magistrados y ministros. Aunque sus defensores argumentan que promoverá una mayor transparencia y rendición de cuentas, existen demasiados riesgos potenciales que podrían afectar negativamente al sistema judicial mexicano.
Uno de los riesgos más significativos es la politización del Poder Judicial. La elección directa de jueces y magistrados convertiría estos procesos en campañas políticas, donde los candidatos necesitarían apoyo partidista y financiamiento (no siempre institucionalizado), comprometiendo así su independencia. La influencia de partidos políticos en la selección de jueces podría llevar a decisiones judiciales sesgadas y a una justicia menos imparcial.
La reforma también generaría inestabilidad institucional. Los cambios propuestos implican una reestructuración significativa del sistema judicial, lo que resultaría en una transición caótica y en la pérdida de continuidad en la administración de justicia. La implementación de nuevas normas y procedimientos podría enfrentar dificultades prácticas, afectando la eficiencia del sistema judicial.
La elección directa de jueces y magistrados podría aumentar el riesgo de corrupción. Los candidatos podrían verse tentados a recurrir a prácticas corruptas para asegurar su elección, comprometiendo así la integridad del sistema judicial. Además, la necesidad de financiamiento para campañas electorales podría abrir la puerta a la influencia indebida de intereses privados en el proceso judicial.
Otro riesgo es la posible desigualdad en el acceso a la justicia. La reforma podría favorecer a candidatos con mayores recursos y conexiones políticas, dejando en desventaja a aquellos con menos medios. Esto podría resultar en un sistema judicial menos equitativo, donde el acceso a la justicia depende de la capacidad económica y las relaciones políticas de los individuos.
Finalmente, la reforma podría afectar la calidad de la justicia. La elección directa de jueces y magistrados podría priorizar la popularidad sobre la competencia y la experiencia, resultando en la selección de candidatos menos calificados. Esto podría llevar a decisiones judiciales de menor calidad y a una administración de justicia menos efectiva.
La reforma judicial de Morena presenta varios riesgos que podrían comprometer la independencia, estabilidad y calidad del sistema judicial mexicano. Es crucial que estos riesgos sean cuidadosamente considerados y abordados para asegurar que cualquier cambio en el sistema judicial promueva una justicia imparcial, eficiente y accesible para toda la ciudadanía.
¿O a caso les gustaría tener a un futbolista, stripper o ex convicto como Ministro? Ojalá este intento de reforma no les falle, antecedentes existen, preguntenle a la mega farmacia, al INSABI o al Gas Bienestar …