Si estamos tan pero tan mal, ¿es que antes estábamos requetebién? O eso nos decían.

 Si estamos tan pero tan mal, ¿es que antes estábamos requetebién? O eso nos decían.

La mentira funciona, hasta que decidimos que ya no. En todos los sentidos, incluso en la complicidad del Ser amado, en el seno familiar, en la cotidianidad del espacio laboral y en la complejidad de las relaciones de poder.

Hay momentos en los que “queremos creer”. Después de todo y de una formación vehementemente religiosa o religiosamente crédula, creer es parte de nuestra fe, la FE es Raíz fundacional de nuestro pensamiento.

Por los siglos de los siglos, los grupos de poder, embaucadores han aprovechado esta necesidad de creer, esa credibilidad elevada a la categoría de virtud, para generar narrativas de control y manipulación masiva. Para mantener las mentes distraídas, la facilidad es pavorosa.

En esa perversa forma de mentira institucionalizada, naturalizada, perfectamente instalada, había poco espacio para la duda, pocas voces en el horizonte elevaban gritos desesperados por verdad, que Únicamente provocaban indignación momentánea, una molestia que se esfuma rápidamente ante la impronta de la avasallante necesidad inmediata de supervivencia, vestido y sustento. En ese escenario, la necesidad de justicia y verdad, quedan en la última línea de las necesidades urgentes. Justicia y verdad son entonces, un lujo.

Es tan eficiente la mentira que quienes la prodigan, la creen. A tal grado de sostenerla con vehemencia pulcra. Así, con el paso del tiempo entendemos la definición de político como persona especializada en crear y sostener narrativas aunque éstas sean espectacularmente contrarias a la verdad.

¡Es tan eficiente la mentira que tiene su propios profesionales, supervisados, formados y patrocinados por el dinero público! Los políticos tradicionales.

Cuando los políticos hablan del bien superior, ¿a cuál bien se refieren?.

Así, puedo escuchar dentro del ámbito político tradicional de mi entorno a grandes figuras de la escena pública (de cualquier color) porque además están en todos los colores, sabores y malos olores. Les veo ahí desgarrarse las vestiduras sosteniendo palabras como “transparencia, cambio, presupuesto, coalición, coadyuvar. Nosostros sí

Y demás palabrería

Ante semejante avalancha de información, palabras, mentiras y verdades a medias, surgen cuestionamientos básicos que cualquier niño de kínder (cuyo pensamiento todavía no está arruinado y es naturalmente crítico) ¿será real todo esto que veo? Para ayudarnos en la comprensión del mundo, afortunadamente tenemos a unos aliados que son los números, los números son fríos, exactos, maravillosos. Por eso, dejo a su consideración un fragmento del texto de la columna de un gran amigo:

“En el episodio de la semana pasada, Silvano Aureoles Conejo, en un vestido evento, le anunció al pueblo de Michoacán que la culpa de que el fuera un mal gobernador no era de él, sino del Presidente de la República, a quien por cierto, el 68% de los mexicanos califica como un buen presidente. En su discurso, les contó a los michoacanos que la federación ha reducido progresivamente los recursos a Michoacán. Y no es cierto. En 2020, Michoacán fue el estado más beneficiado en los convenios de reasignación, tan solo detrás de Jalisco. Las preguntas entonces serían:

¿Por qué nos miente? ¿Por qué dejamos que nos mientan?

También dijo, que lo peor de todo es que el Gobierno Federal reducirá en 7 mil 200 millones el presupuesto para el estado. Y tampoco es verdad. Para el 2021, hay una propuesta de presupuesto, pero aún no se ha discutido. Lo que sí hay, en todo el planeta, es un reto para obtener los ingresos contemplados derivado de la desaceleración de la economía por los efectos de la crisis de salud que todos sufrimos. En el caso de México, la proyección de la economía para el 2021 es de 4.6% y no alcanza para revertir el decrecimiento de casi 9% que tuvimos en el año”. Portal virtual. Sergio Pimentel para Provincia Fb. Noviembre 2020.

A modo de reflexión y para dejar hasta aquí esta primera parte, les dejo una reflexión que ilumina mi mente:

Si la política y la administración de lo público deja de ser el negocio de la vida de algunos, podría ser la dignificación de la vida de muchos. Omega Vázquez.

Búscame por favor en redes sociales me encantaría leer tu opinión. @Omega Vázquez

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Omega Vázquez

Licenciada en Periodismo, activista social. Posgrado en periodismo político. Diplomada en equidad de género UAM. Presidenta y fundadora de Poder Mujer Michoacana. Asociación Civil y actualmente cursa la maestría en Gobierno y Políticas públicas en la Universidad Magno Americana, Campus Morelia.

3 Comments

  • Informarnos es nuestra obligación para tener una ciudad,estado,pais o mundo mejor y no solo repetir lo que el vecino me contó, muchas gracias Lic. Omega por su columna de interés para todos

  • Muy correcta la información nos da el acceso a discernir y con ello a tener claridad sobre lo que sucede en reliad y así no repetir y premiar acciones que fomentan corrupción, violencia, delincuencia, y vulneran más a nuestro pueblo.

  • Ea nuestra obligación informarnos estudiar para así con inteligencia opinar, debatir, elegir a nuestros gobernanntes y estas plataformas nos ayudan

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