Sida
Pandemia y estigmas

 SidaPandemia y estigmas


Cual si fuera la canción del Gran Varón, es verano del 56, el orgullo de Don Andrés…

Pero mi historia fue en el 2002… hace ya 20 años,. Aún recuerdo cuando la psicóloga me pidió leyera en aquel libro mi resultado y estaba en rojo, todavía le pregunté: ¿es positivo? ¡sí! me dijo ella.

Mi mundo se desmoronó, ¿cómo le diría a mi mamá? ¿quién iba a querer estar conmigo? ¿por qué a mí?

Echo un vistazo a cómo ha evolucionado la ciencia y recordar todas esas personas que perdieron la vida cuando el sida llegó al mundo en los 80’s, como a nadie le importan esas vidas por que solo le daba a los homosexuales, a las prostitutas y los drogadictos, de inmediato, esa nueva enfermedad ya era conocida como el cáncer rosa y era un castigo para esos pecadores pervertidos ¡se lo merecen!

Hoy hay tratamientos, hoy las personas que viven con VIH y están en tratamiento viven el mismo número de años que alguien que no vive con el virus y además con excelente calidad de vida, pero…

La discriminación, la segregación y el repudio siguen persistiendo, se sigue pensando que solo a los hombres gays les da, cuando hoy son las mujeres amas de casa quienes están siendo más afectadas, se sigue pensando que tan solo por convivir “se les va a pegar”, el VIH ni se pega, ni se contagia, el VIH se transmite.

Una vez fui al antro y cuando iba hacia el baño alguien me gritó ¡sidoso!, obvio le rompí la cara y ese día me dije a mí mismo que si yo no me discriminaba, nunca nadie lo haría, jamás le daré ese poder a alguien.

Yo tengo el privilegio de saber que está pasando en mi cuerpo, como atenderme y ayudar incluso a otros, pero¿y todas esas personas que no les llega información? que donde viven no hay servicios de salud o son precarios, donde la ignorancia impera y hasta su propia familia los confina al rincón más oscuro de sus casas esperando que mueran de la forma más indigna posible.

Me queda claro que las personas necesitan educarse en este tema, que deben saber que hay opciones, que estando en tratamiento se vuelve uno indetectable y a su vez intrasmisible; es decir que el riesgo de transmitirlo es inexistente.

Me queda claro que las personas necesitamos más empatía y menos prejuicios.

En Michoacán 8974 personas viven con vih, muy seguramente alguien cercano a ti vive su diagnóstico en soledad, por miedo al rechazo. No seas tú quien le de la espalda.

Luis Antonio Cortés Salinas
El Poder Prieto

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Indicio Michoacán

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