SIN RESULTADOS …

La llamada Cuarta Transformación, bandera del gobierno de Morena, prometió un cambio radical en México, pero los resultados hasta ahora han dejado mucho que desear. Los proyectos emblemáticos, que se presentaron como pilares de esta transformación, han sido objeto de críticas por su falta de resultados tangibles y su impacto negativo en las finanzas públicas.
El Gas Bienestar anunciado como una solución para combatir los altos precios del gas, no ha reportado utilidades en el último año. ¿Es este el bienestar prometido o simplemente otro gasto sin retorno? Por otro lado, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que se presentó como una alternativa al saturado aeropuerto de la Ciudad de México, opera con una ocupación tan baja que se estima que hasta la próxima década apenas recuperará el 15% de la inversión inicial. ¿Es esto eficiencia o un monumento al despilfarro?
La Vacuna Patria, que se promocionó como un logro científico nacional, aún no ha visto la luz después de más de cuatro años y una inversión de más de 422 millones de pesos. En el ámbito deportivo, el programa PROBEIS, que buscaba fomentar el béisbol, ha quedado en el olvido tras gastar más de 894 millones de pesos. ¿Dónde está el impacto en el deporte nacional?
La Mexicana de Aviación que se relanzó como aerolínea estatal, ha acumulado pérdidas de más de 930 millones de pesos en su primer año de operación y recientemente anunció el cierre de la mitad de sus rutas. Finalmente, la **Refinería de Dos Bocas**, que ha superado el doble de su costo inicial, aún no ha producido barriles refinados tras dos inauguraciones. ¿Es esto un símbolo de progreso o de improvisación.
Organizaciones civiles y voces de la oposición han señalado que estos proyectos no solo representan un fracaso económico, sino también una falta de visión estratégica. En lugar de fortalecer las instituciones y promover el desarrollo sostenible, se han convertido en ejemplos de cómo las políticas públicas pueden fallar cuando se prioriza la propaganda sobre la planificación.
La narrativa que sustenta la Cuarta Transformación también merece ser analizada con mayor detalle. En su afán por centralizar el poder y monopolizar el discurso político, se ha dejado de lado la pluralidad que caracteriza a una democracia sólida. Las críticas provenientes de la oposición y las organizaciones civiles, lejos de ser consideradas aportaciones para enriquecer el debate público, son desestimadas y tachadas como ataques infundados. Este ambiente polarizado no solo limita las posibilidades de construir consensos, sino que también erosiona la confianza en las instituciones, convirtiendo el proyecto transformador en una herramienta de división más que de unión.
Se prometió un México diferente, pero los resultados hasta ahora han sido decepcionantes, incluso peores. Es momento de que el gobierno escuche a las organizaciones civiles y a la oposición, y reevalúe sus prioridades para garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera eficiente y en beneficio de todas y todos los mexicanos.