El tiempo, el peor aliado de Michoacán, por Arnulfo López Soto
Tal pareciera que desde que se supo el resultado final de la elección para renovar el poder ejecutivo estatal, el gobernador actual se deslindó por completo de sus responsabilidades para con el Estado. Da la impresión de que ahora su único trabajo es estar yendo a visitar Palacio Nacional, Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Fiscalía General de la Republica, el Congreso de la Unión, al INE, y ahora su grandiosa e innecesaria gira por el país vecino, los Estados Unidos de América, en donde visitará organismos internacionales, como la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Y todo esto acompañado del gran espectáculo que armó con el tema de una supuesta narco-elección el pasado 06 de junio.
Todo lo anterior, todo ese protagonismo que busca tener, es a costa de una cosa: MICHOACÁN. Desde que se tomó tan personal ese tema, el cual no estoy diciendo no sea cierto, la entidad territorial que < gobierna > ha estado sumergido en un constante desorden político, administrativo, y de seguridad, siendo este último el más grave.
La realidad es que hay una ridícula, nefasta y hasta estúpida lucha de poder entre el ejecutivo federal y el estatal. Mientras uno dice que es responsabilidad del otro, el otro no lo quiere ni ver. La relación entre AMLO y Silvano se tornó un tema políticamente incorrecto; una relación que empezó mal y está terminando mal. Pero lo peor de todo esto es que Michoacán está pagando los platos rotos de estos dos. Determinar quién tiene razón y quien no, es tema de otro análisis, pero enfatizar que al estado le está yendo mal como consecuencia de esto, es cierto.
Es por ello que, desde mi perspectiva, a los michoacanos nos urge sea 01 de octubre del año en curso. Necesitamos YA la renovación en el poder ejecutivo del estado. Y no estoy diciendo que el nuevo gobierno sea la panacea a tantos problemas, pero es evidente que la relación con el Presidente de la Republica será totalmente diferente.
Alfredo Ramírez Bedolla, el gobernador electo, incluso ha señalado que es cofundador del partido político que AMLO creo. Se ha autodenominado < Obradorista >. Esto nos deja clarísimo que la relación con la federación puede mejorar abismalmente. Basta ver como aun sin entrar en funciones, ya sostuvo reuniones con elementos de la federación. Ha dado a conocer su entrevista con Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), con Delfina Gómez Álvarez, secretaria de Educación Pública (SEP), y con Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), por mencionar a algunos. Lo anterior nos da un panorama un poco más esperanzador en las vísperas de mejores caminos para el estado. Sí, también existe el riesgo de que al tener una relación tan directa y cerca, al final el que nos gobierne de facto sea AMLO y no Bedolla, pero lejos de pensar eso, insisto, nos urge sanar esa relación. Y mientras Aureoles esté en el cargo, eso no pasará.
Infortunadamente, como lo expresé en el título de esta opinión, el tiempo es nuestro peor aliado. Y lo señalo así, ya que estamos todavía a 69 días de que lo anterior ocurra… y en tantos días, y con un gobernador de vacaciones, hay más probabilidad de que las cosas empeoren en Michoacán.
Hoy, en teoría, tenemos un gobernador en funciones, aunque estas últimas estén lejos de dar resultados favorables a la entidad. En la práctica, vivimos en un estado sin gobernanza, un estado fallido, sin organización, sin compromisos… y de esto, tanto Silvano Aureoles Conejo, como Andrés Manuel López Obrador, tienen responsabilidad; sí, a mi juicio, el primero tiene más, por eso nos urge que ya se vaya.
… el que lee, entienda.