H20 Purépechas pierde el invicto en su visita a tierras patzcuarences

 

“FURIA AZUL convence y solidifica su proyecto deportivo ante 1,200 aficionados que se dieron cita al estadio Furia Azul. El equipo local ganó dos goles a cero al Líder Invicto H2O Purépechas”.

El partido inicio con un dominio visitante, que toco la puerta hasta en tres ocasiones, ninguna de peligro real. Corría el minuto 12, cuando el H2O marco un golazo por conducto del jugador con dorsal número 11, pero fue anulado por el árbitro por una clara mano de dicho jugador. En el minuto 14, un rompimiento rápido de los locales llevado por Luis Manuel “Junior” Ávila, fue capitalizado por Adrián “Chapu” Adame, quien ante la salida del guardameta tocó sutilmente para mandar el balón a las redes y decretar el 1-0 en favor de los locales.

A partir de ese momento el dominio fue del local, quien creo dos jugadas claras de gol que el portero y capitán de H2O resolvió con gran categoría. La primera en un mano a mano, en donde el portero achicó oportunamente y robó la oportunidad a Andrick López. La Segunda vez que se vieron las caras estos jugadores, nuevamente el portero visitante sacó un disparo de Andrick que amenazaba con meterse en la escuadra. En el minuto 34, el lateral izquierdo Julio Soto tomo el balón al borde del área y con un guante puso el balón en el pie de camiseta 22 Irving Carmona, que de bolea la metió en el ángulo izquierdo de la portería para poner el marcador 2-0 en favor de los locales.

Así terminó el primer tiempo, y el segundo inició con un tímido dominio visitante, que rápidamente fue controlado por Furia Azul, que en el minuto 66 tuvo una nueva oportunidad por parte de “Junior” Ávila, que, en el mano a mano con el portero, recibió una falta que el colegiado decreto como pena máxima y tarjeta amarilla.

El penal cobrado por el mismo “Junior” fue adivinado y detenido en un gran lance del cancerbero. Una última oportunidad de los locales fue desaprovechada por Jorge Lara, quien ante la portería sola y a solo seis metros de ella, pegó su cabezazo en el travesaño.

Los últimos minutos fueron de dominio visitante, con una posesión que ahogo al equipo local, pero que no dio fruto alguno, hasta que el árbitro dio el pitido final. Al final del encuentro, el árbitro fue encarado y agredido verbalmente por el director técnico visitante, el cual argumentaba que el tiempo adicional no era suficiente de acuerdo a su criterio.