La violencia y su normalización en tiempos electorales por Nuria Hernández Abarca

 La violencia y su normalización en tiempos electorales por Nuria Hernández Abarca

Más de tres semanas han pasado ya en las carreras por el triunfo de las campañas electorales, propuestas corren, reclamos se escuchan, disfraces se ponen, disfraces se quitan, para dar a conocer quién es la mejor opción para cambiar una realidad que a todas luces es desalentadora.

Y entre todos los temas que se ponen sobre la mesa, sigue estando uno, el más importante, el más incómodo para algunos y algunas, pero el más real, la violencia que viven las niñas y las mujeres en este país.

Hoy 26 de abril del 2021, las estadísticas nos avientan la realidad en la cara, en lo que va de este año se cuentan 234 casos de feminicidio a nivel nacional, se observa un aumento del 9.5% de casos de violencia familiar respecto al año pasado, siendo el mes de marzo el más violento para la mujeres, y si hablamos de casos de violación la cifra es escalofriante, en este primer trimestre del año 4,808 casos se reportan a nivel nacional con un incremento del 8.3% respecto al mismo trimestre del año pasado, ahhh!!!!!! Pero esto no es suficiente para que en las campañas lo que se escuche también sean agendas contra la violencia desde la perspectiva de género.

Desgraciadamente lejos de propuestas, lo que estamos viendo es un sin fin de actuares políticos que nos evidencian como la normalización de la violencia, la justificación de la misma, la falta de conocimiento de la ley o la constante forma de burlarse de ella, hacen que nos quede claro algo, no importa para nada todo lo que esas estadísticas reflejan, ni lo que cada número representa en la vida de alguna familia, lo que importa es todo lo demás.

Mientras tenemos un aumento impresionante de casos de violencia y acoso sexual; vemos a alguien político y público tocar el cuerpo de una mujer sin su consentimiento en una expresión clara de violencia sexual y comunitaria

Mientras esas cifras nos retumban en la cabeza; vemos como el fuero es la justificación idónea para no sancionar, o por lo menos investigar a alguien que es acusado de violación.

Podemos ver cómo mientras el número de feminicidios avanzan año tras año; podemos seguir viendo como la violencia política es una constante en el ejercicio del derecho a ser electa por parte de muchas candidatas de todos los partidos políticos.

Podemos ver cómo mientras las mujeres jóvenes de los colectivos feministas exigen un alto la violencia y erigen antimonumentas como una forma legitima de expresión, algunas personas las señalan de exageradas, necias y sin argumentos.

¡¡¡¡¡¡¡Qué nos pasa!!!!!!! Esa mujer a la que tocas sin su consentimiento, vivió violencia sexual de tu parte; ese niño al que no le crees y al que dices no conocer, vivió violencia sexual de tu parte y hasta este momento logro denunciarlo por temor, por vergüenza o por mucho miedo; esa mujer que valientemente toma un micrófono para decir públicamente que la violentan políticamente y que no quiere ser una estadística más en una jornada electoral sangrienta, vive con miedo todos los días; esas mujeres jóvenes que se organizan para defender los derechos de las otras viven discriminación cuando las descalificas y estigmatizas.

¿Y entonces te preguntas por que la violencia contra las mujeres sigue creciendo?, la respuesta está ahí, en la normalización de esta, en la ceguera social que hace como que no pasa nada, en la forma en la que se utiliza la ley para adecuarla a lo que conviene políticamente, entre otras realidades que urge ya frenar.

Porque lo que es cierto es que las mujeres ya no nos quedaremos nunca calladas, aunque hoy pareciera que levantar la voz, hacerse presentes, pero sobre todo exigir nuestros derechos, es una alta afrenta a la forma en la que la vida “debe de ser”; esta nueva normalidad, la de las mujeres al frente y hablando, está derrumbando los cimientos donde se legislaba, se gobernaba, se exigía, y sobre todo se cuestionaba desde la misoginia.

Las palabras construyen realidades y fomentan comportamientos, y el cuestionar a las mujeres que se atreven a denunciar un acto violento contra ellas es parte de esta cultura que pretende invisibilizar la realidad, dejemos de cerrar los ojos ante lo que tenemos enfrente, la violencia contra las niñas y mujeres es real y esta es una buena oportunidad para exigir acciones concretas para erradicarla.

 

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Nuria Gabriela Hernandez Abarca

Maestra en Ciencias Penales y Criminalísticas y Medicina Legal Forense por la Escuela de Derecho de la Barra Nacional de Abogados. Ex titular de la Seimujer Michoacán.

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