¡Perdone usted las molestias, seguimos las mujeres trabajando! por Nuria Gabriela Hernández Abarca

 ¡Perdone usted las molestias, seguimos las mujeres trabajando! por Nuria Gabriela Hernández Abarca

El próximo 4 de abril dará inicio el despliegue territorial desde los diversos partidos políticos para presentar rostros, formas, propuestas y sobre todo opciones que generarán cambios.

Entre los cambios que irremediablemente necesitamos es dejar atrás la normalización y la generación de la violencia contra las mujeres, e identificar las oportunidades para asegurarles a las mujeres la igualdad y la no discriminación. En este sentido las agendas de género sin lugar a duda jugarán un papel determinante en las campañas, pero no solo de palabra, sino de acciones, el revisar el trabajo de cada candidato o candidata nos deben permitir observar la historia de trabajo por y para las mujeres de cada expresión política.

No puedes ser lo que no eres, y aunque en este momento suenan tentadoras las expresiones a favor del feminismo y los derechos humanos de las mujeres, lo cierto es que esas batallas se van tatuando en la piel y en tu día a día, es decir no son como generación espontánea, dónde un día eres el más misógino de los misóginos y al otro eres un desertor del patriarcado. Así no funciona, y nadie cree eso, mucho menos nosotras, las mujeres.

El ejemplo arrastra dice la frase y estas últimas semanas hemos sido testigas y testigos de la forma en que la violencia contra las mujeres se gesta, se desarrolla y se convierte en una letal realidad, y cómo, aunque los discursos políticos y las promesas de precampañas hablen de que las mujeres somos importantes para el País, lo cierto es que, en este México siguen siendo asesinadas candidatas en diversos estados, más de 7 ya en lo que va de este proceso electoral, siguen siendo asesinadas mujeres a manos de la violencia institucional y la brutalidad policiaca, siguen siendo asesinadas niñas frente a la mirada de otras niñas, siguen mandándonos a las mujeres a leer para aprender lo que ya sabemos y respiramos, siguen diciéndonos que tenemos que agradecer a ellos, un marco jurídico contra la violencia y el feminicidio, lo cual evidencia que a las palabras y promesas por las mujeres se las lleva el viento y el aire electoral.

Lo cierto es que los avances en el marco normativo por los derechos humanos de las mujeres iniciaron hace mucho tiempo atrás, iniciaron por las demandas de las colectivas y diferentes grupos de mujeres que hartas de la realidad, buscan mejores oportunidades para ellas y las otras, y a esas luchas hay que volver, hay que regresar y hay que abrazar.

Estas elecciones sin lugar a duda serán diferentes, la participación de las mujeres será de gran importancia, tanto para la exigencia sobre una agenda de género a cualquier candidato de cualquier partido político, como para apoyar a las mujeres a que lleguen a los cargos de poder y toma de decisiones, poniendo a prueba a la tan esperada paridad en los cargos de elección, y será también una gran oportunidad para que las mujeres que están en la carrera política se comprometan con las otras mujeres a abanderar y encabezar las agendas feministas y de derechos humanos, sabedoras de que cuando llega una llegamos todas, pues la lucha histórica de las mujeres ha sido esa, que las nuestras lleguen y ayuden a llegar a las demás.

Exijamos agendas de género dónde nos veamos representadas, donde se visibilice todas las formas de ser mujer y todos nuestros derechos, tengamos claro que ésta, es la oportunidad de poder hacer un giro en la historia de la participación política de las mujeres, tanto para ser votadas como para votar, teniendo claro que nuestros votos deben de ser para las personas, hombre y mujeres que tengan claro que los derechos de las mujeres y de la infancia deben ser la prioridad, no solo en el discurso, sino materializadas en indicadores que eventualmente se conviertan en propuestas de leyes o de políticas públicas de vanguardia, propuestas que no den pasos atrás en las conquistas ya ganadas, midiendo con claridad los riesgos de los retrocesos que se asoman a simple vista, todos los días.

Recordemos “Este mundo no va a cambiar a menos que estemos dispuestas a cambiar nosotras mismas”[1], así que, a darle, acompañando o protagonizando, pero sabiendo que las mujeres cambiaremos la realidad que vivimos teniendo claro nuestro objetivo; el acceso a la totalidad de nuestros derechos humanos.

[1] Rigoberta Menchú, embajadora de buena voluntad de la UNESCO y Premio Nobel de la Paz en 1992

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Nuria Gabriela Hernandez Abarca

Maestra en Ciencias Penales y Criminalísticas y Medicina Legal Forense por la Escuela de Derecho de la Barra Nacional de Abogados. Ex titular de la Seimujer Michoacán.

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