¿Por qué volver a decirle sí al amor? por Juan Pablo Santos

Muchas gracias a todos por los comentarios realizados en días pasados cuando platicamos acerca de cómo identificar a un mendigo emocional, quiero decirles que me encanta leerlos.

Para muchos, el tema de hoy implica volver a tocar esa herida que creían sanada, es recordar aquellos momentos en los cuales esa relación terminó siendo un verdadero campo de batalla lleno de decepciones, corazones rotos y lágrimas derramadas.

¿Y saben qué es lo peor de todo? Ese juramento que nos hacemos de “no me vuelvo a enamorar” que hasta Juan Gabriel lo decía en una de sus canciones. Pero ¿por qué nos cerramos al amor? La mayoría de las veces tiene que ver con un trabajo personal de perdonar, ser perdonando y agradecer por lo vivido, porque eso implica ser una persona madura y responsable emocionalmente, y por paradójico y extraño que suene, sentarse en el sillón de la culpa y la lamentación es mucho más cómodo, solo que el precio a largo plazo es muy alto.

En esta ocasión les contaré la historia de Ruth, una chica inteligente, guapa y con un corazón dispuesto a compartir para construir una relación de pareja estable y duradera, pero Ruth tenía una característica muy personal, seguía herida desde hace muchos años porque su ex (a quien amó verdaderamente) la traicionó.

Nuestra joven protagonista se juró no volver a amar, porque ella tenía la creencia de que todos los hombres eran iguales (si se sienten identificados sigan leyendo) y por lo tanto la historia se repetiría una y otra vez.

Al paso de los años y de sentir que le faltaba una pieza en su corazón que le permitiera volver a amar como en alguna ocasión lo hizo, Ruth decidió tomar una arriesgada elección: confiar en un hombre que al paso del tiempo de conocerse éste le aportaba amor, seguridad, cariño, comprensión y unas ganas muy fuertes de crecer como persona y como pareja.

¿Pero qué creen? Nada en esta vida es gratis, la llegada de este hombre (que a pesar de que también tenía “defectos” como cualquier ser humano) fue consecuencia de algo que se llama: HACERTE RESPONSABLE DE TUS HERIDAS porque adivina algo: YA SON TUYAS aunque alguien mas te las haya generado.

Ruth entendió que para volver a decirle sí al amor había que empezar por algo muy básico, entender que le decía SÍ a esa gama de oportunidades para crecer emocionalmente en lo individual y en pareja, y que además, tenía la oportunidad de capitalizar y llevar al apartado de crecimiento personal aquellas relaciones que habían frenado temporalmente su capacidad de amar y de disfrutar la vida.

Entendió que al decirle sí al amor, le daba la bienvenida a lo nuevo y con ello ponía en un buen lugar en su corazón a la persona que la lastimó y ojo, utilizo el verbo lastimó porque muchas veces creemos que nuestro amor se va con la persona que se marcha de nuestra vida.

Hoy, Ruth enfrenta un nuevo reto, casarse con el hombre que le ayudó amorosamente a tener mas herramientas para sanar esas heridas del pasado, ella por su parte, hizo lo mismo con él, y ambos entendieron que aunque el pasado fue difícil para los dos, éste tenía una misión: hacer que él y ella coincidieran en este viaje llamado vida.

Y cierro esta historia invitándolos a que como Ruth, quiten responsablemente el freno de mano que les impide moverse hacia el amor maduro, ese que no se queda sentado en el sillón de la culpa y la lamentación, sino que se mueve a donde hay crecimiento.

Datos de contacto
Celular: 4431786479
Correo electrónico: [email protected]
Redes sociales: jpablosantosr