Ser niña en México por Nuria Gabriela Hernández Abarca

 Ser niña en México por Nuria Gabriela Hernández Abarca

Hoy es un excelente día para reconocer uno de los grandes pendientes que tenemos como personas adultas, como sociedad, como gobiernos y como autoridades ante la realidad inminente de violaciones a los derechos humanos de un sector poblacional casi invisibilizado: La infancia.

Hablar de la infancia en México, es hablar de un sector de la población que vive realidades de discriminación, violencia y desigualdad y requiere de especial atención. Ahora bien, hablar de la realidad que viven las niñas, es hablar de un cultura misógina y patriarcal que desde temprana edad marca la diferencia en el acceso a las oportunidades en relación con los niños.

El 11 de octubre de cada año se conmemora el Día Internacional de la Niña, con la intención de crear conciencia sobre la realidad que todos los días viven las niñas en el mundo, reconocer los derechos que tienen y generar mecanismos para que estos derechos se garanticen.

La necesidad de visibilizar este día, atiende a que la realidad de desventaja, discriminación y violencia que las niñas viven, es un claro llamado a redoblar esfuerzos para transformar su realidad.

No es secreto que la violencia sexual, los matrimonios infantiles, la trata infantil, la mutilación genital, la sobrecarga de las tareas domésticas y el deber de cuidado, así como los estereotipos de género y prácticas culturales, son una lamentable realidad a la que se enfrentan las niñas.

Recientemente todas estas realidades se observaron en su máxima expresión al permitirse en plena violación a los derechos humanos de la infancia y en transgresión al principio del interés de la infancia, que una adolescente de 15 años fuera expuesta públicamente a un circo mediático donde claramente no se pensó en ninguno de sus derechos; la manifestación realizada el domingo 3 del mes de octubre bajo el nombre “Marcha a favor de la Mujer y de la Vida”, resultó ser todo lo contrario, bajo una evidente complicidad de las y los asistentes se violentaron frente a miles de personas que aplaudían el hecho, varios derechos de esa adolescente, y es que al parecer todas esas personas y las autoridades que conocieron del hecho, no identificaron que por lo menos se violentaron cinco de los 20 derechos que plasma la normatividad federal en materia de protección de los derechos de esa niña.

Y es que sus derechos a: a) la prioridad, b) a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral, c) a una vida libre de violencia y a la integridad personal, d) a la protección de la salud y a la seguridad social y e) a la intimidad, fueron evidentemente violentados con la complicidad de la sociedad y el silencio de las autoridades.

Respecto a su derecho a vivir libre de violencia, la legislación marca con claridad que ella no debió ser humillada bajo ningún trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante, que le provoque dolor, amenaza, molestia o humillación, y es que ante los aplausos de la colectividad presente y bajo los gritos de “Ya está acomodadito, listo para nacer” o “el baby shower más grande que he visto” y con la complicidad de un ginecólogo, se le expuso en condiciones insalubres a un ultrasonido, y se transmitió la imagen de este hecho, sin recordar que también la ley señala respecto al derecho a la intimidad, que se considerará violación a la misma a cualquier manejo directo de su imagen, nombre, datos personales o referencias que permitan su identificación, y para acabar de identificar todos los derechos violados en este acto tan condenable, la propia ley en comento señala en su artículo 50, que las autoridades deberán establecer las medidas para que en los servicios de salud se detecten y atiendan de manera especial los casos de víctimas de delitos o violaciones a sus derechos, o sujetos de violencia sexual y familiar, de conformidad con las disposiciones aplicables en la materia.

Y es que hay que recordar que ella solo tiene apenas 15 años, y la romantización de realidades como el embarazo adolescente seguirá perpetuando la permisividad normalizada de la pedofilia y del abuso sexual.

¿Pero dónde carajos están todas las autoridades? y ¿por qué la ceguera social ante la violencia evidente, esta tan normalizada y culturalmente aceptada? Porque aún y a plena luz del día y a nivel nacional, podemos ser cómplices como sociedad de tan grande acto de violencia a los derechos humanos de las niñas y no hacer nada ignorando el mandato de ley que les dice que como autoridades deberán considerar la perspectiva de género en las situaciones de violencia que viva la infancia como en este caso.

Esta escena en México, nos revienta en la cara el por que este 11 de octubre debemos sentirnos avergonzadas y avergonzados de la realidad que siguen viviendo nuestras niñas, en un país donde no identificamos que la garantía de sus derechos debe ser prioridad en el presente y una necesidad de evitar la violencia contra ellas en el futuro, la normalización de actos tan deleznables como este, son la antesala de la normalización a temprana edad de la violencia y de la generación y perpetuidad de estereotipos y prácticas sociales que siguen haciendo que la violencia contra las mujeres no descienda, y siga incrementando.

Te invito a que desde donde estés, pienses que haces tú para ser parte de esta lamentable escena o que haces tu para frenarla y erradicarla.

Por lo pronto tuvo que pronunciarse la Corte Interamericana de Derechos humanos al condenar dicho acto bajo el texto: La CIDH condena la exposición pública de una adolescente de 15 años durante una manifestación en contra de la interrupción voluntaria del embarazo en la Ciudad de México, para que algunas autoridades tímida y tibiamente se pronunciaran después, pero no atendiendo a su responsabilidad tomando acciones concretas, como sancionar a los padres de la adolescente, al médico que practicó este acto, a quien difundió la imagen y a quien organizó y participó en la marcha y permitió tal violación a los derechos humanos de una niña que jamás podrá borrar de su mente y de su historia de vida tal afectación emocional y física.

Ser niña en México el día de hoy, en muchas ocasiones significa todavía ser víctima de todas estas realidades, de estar sujeta a muchas prácticas culturales que no visibilizan ni atienden el principio del interés superior de la infancia, que siguen replicando el adulto centrismo como planteamiento de vida y que siguen ignorando la realidad que viven miles de niñas todos los días.

Que sirva este 11 de octubre para hacer una verdadera conciencia de lo que las personas adultas y las autoridades le debemos a las niñas del estado de Michoacán.

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Nuria Gabriela Hernandez Abarca

Maestra en Ciencias Penales y Criminalísticas y Medicina Legal Forense por la Escuela de Derecho de la Barra Nacional de Abogados. Ex titular de la Seimujer Michoacán.

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