COLUMNA: Seguridad Sin Pretextos
Por Alberto Guerrero Baena.
“La información es la parte vital de cualquier investigación criminal,
y si esa información está contaminada,
entonces todo el cuerpo investigador resulta envenenado.”.
Phillip Kerr
El Modelo de Unidades de investigación policial en México
nació en Morelia…
Sí, proviene de Morelia.
Hay quienes han (o hemos) escrito sobre el mal desempeño actual de la Policía Municipal de Morelia en diferentes ámbitos.
Operativa, estructural y quizás jurídicamente.
La realidad de las cosas es que no siempre fue así.
Y el génesis del Nuevo Modelo de unidades de investigación policial aprobado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, nació de un afortunado y temerario “experimento” en la Policía Municipal de Morelia.
Esta fue una de las “innovaciones” que revolucionaron jurídica y operativamente a las corporaciones policiacas en México.
Histórica, operativa y estructuralmente, las policías realizan los actos de investigación y en México se les olvidó dotar de estas facultades constitucionales a los cuerpos de seguridad pública, ya que esta es una labor fundamental de la Policía.
Se le otorgó a las fiscalías únicamente esa potestad y con ello el cuello de botella de las investigaciones se fue al límite, porque no terminan los asuntos correspondientes, se atoran las carpetas de investigación y tampoco se dedican a litigar los casos donde se requiere su trabajo.
Sin duda un ahogamiento y saturación procesal.
¿Y la policía? Estancada únicamente realizando prevención y sin ninguna forma de colaborar o avanzar, aun cuando ya con la reforma a la Constitución, ya estaba facultada para ejercer esos actos.
Fue el esfuerzo de atraer y utilizar todas las facultades que la Constitución Política, el Código Nacional de Procedimientos Penales, la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los acuerdos del Consejo Nacional de Seguridad y las Jurisprudencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, avalan este modelo y operatividad.
Por supuesto que las batallas políticas, estructurales y hasta internas se libraron para que se pudiera echar a andar este modelo que ahora 5 años después, se aprueba y se formaliza por parte de la Federación.
Justo reconocimiento para quienes en su momento estuvimos involucrados en la construcción del mismo, desde el Presidente Municipal, el Comisionado de la Policía, los reclutadores y supervisores que estuvimos atentos a la formación de este personal y a los propios elementos que cumplieron todos los requisitos para poder estar en esta unidad.
Germinando la idea de una unidad de investigación…
Y en efecto, el antecedente teórico y práctico se echó a andar en Morelia.
En la administración municipal de Morelia de Alfonso Martínez Alcázar y bajo la idea del Comisionado Bernardo León, por lo cuál no me extraña que ahora este último apoyado por una serie de actores e investigadores importantes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana hayan decidido retomar y colocar el tema en la palestra, aún cuando en un inicio, fue muy criticado, bloqueado y hasta políticamente segregado de la agenda pública y política de Michoacán.
Simplemente era ir contra corriente y contra un modelo viejo de policía.
Al parecer el equipo redactor de esta idea, retomó bastante de lo aplicado en su momento en el municipio de Morelia, porque se conserva la esencia de lo que se consideró una osadía: que se mantuviera una coordinación permanente con la fiscalía para realizar los actos de investigación y que la policía (cómo en otros países) fuera el actor importante en la investigación.
Sin duda era un avance pretencioso, porque ninguna corporación municipal del país imaginaba dar ese paso, estábamos hablando del año 2015 – 2016.
Ahora en 2020 el paradigma cambia, pero si es necesario retomar el antecedente
¿Una unidad de investigación en una corporación municipal?
Esa es la primera idea que quizás dentro de la administración municipal causó controversia, pero que en ningún momento puso en cuestionamiento el edil Alfonso Martínez.
¿El personal correcto?
El comisionado León procedió a desdoblar y a perfilar la idea de utilizar todas las facultades constitucionales que tiene la policía y a construir los perfiles adecuados para el personal que pudiera ejercer esos actos de investigación.
Y con ello se emitió la convocatoria correspondiente, legal y avalada por la autoridad máxima del municipio.
La labor era reclutar policías, pero . . .
¿Policías de investigación adscritos a una corporación municipal?
¿Cuáles eran esos perfiles deseables?
¿Cómo saberlo?
Si ni siquiera la misma ley contemplaba un modelo (como del que ahora estamos hablando) o perfilaba un tipo ideal para desempeñar esa función.
La primera labor fue hacer un recorrido con pláticas sobre la labor del policía investigador por todas las universidades de Morelia, dando a conocer la convocatoria y atraer los mejores perfiles: contar con Carrera Universitaria terminada (preferentemente formación en derecho, psicología, criminología y criminalística) o a punto de titulación, tener la disciplina y disposición de hacer carrera policial, desde el primer nivel, es decir, desde policía razo.
Se completó el cupo, la gran mayoría de los aspirantes a esas plazas de investigación, acreditaron satisfactoriamente el examen de control de confianza e ingresaron como todos los demás elementos a la formación inicial para Policía Preventivo Municipal.
Cabe señalar que, al no contar con el modelo de formación inicial para policía investigador, se hizo la solicitud para que la Academia de Policía pudiera complementar la educación de estos elementos con materias que cubrieran el perfil, señalando claramente que el propio IESSSP (instancia capacitadora) no contaba con profesionales para poder impartir esas horas complementarias.
Nosotros desde la Comisión de Seguridad tuvimos que buscar complementar esa formación con las pláticas del propio Comisionado y por el otro lado buscar formación humanística, discursiva y sociológica para que estos elementos pudieran adentrarse en temas de su área.
Era esencial que esos policías tuvieran una formación óptima, en la medida de nuestras posibilidades, al no contarse con un perfil construido, como ahora.
Al ser egresar ese personal, fue canalizado a diferentes áreas que ahora ya vienen detalladas en el Modelo de Unidades de investigación, para atención a víctimas, para personal con capacidades de procesar y cómo gestión jurídica, debido a que esta personal era el que de entrada podía recibir las denuncias.
Hoy, de acuerdo al Modelo, ya se cuenta con perfilación para cada uno de los puestos, pero sin duda la aventura de canalizar de acuerdo a habilidades y a formación a las diferentes áreas, fue sin duda un reto.
Las rivalidades creadas (artificialmente)…
Al ver que este modelo germinaba y comenzaba a construirse, se buscaron tender los puentes interinstitucionales para homologar y coordinar todos los actos. Desde la búsqueda de un acercamiento con la Fiscalía General del Estado y con la propia Secretaría de Seguridad Pública para fortalecer los lazos de trabajo conjunto.
Estas instituciones, al estar todavía trabajando con el modelo anterior a 2008, es decir, que únicamente los policías ministeriales tenían la facultad de realizar los actos de investigación, quizás pensaron que se estaban violentando situaciones procesales y no quisieron tender puentes de colaboración.
En un inicio, la Fiscalía si destacó a un agente del Ministerio Público a las instalaciones de la Comisaría para poder recibir las denuncias. Pero estas denuncias la mayor parte de las veces eran rechazadas por alguna situación. Esto terminó por agotar la colaboración y prontamente la agencia del MP fue retirada.
Los policías por medio del Centro de Atención a Víctimas fueron recibiendo las denuncias a la ciudadanía, pero por extrañas razones a las que quiero pensar que había intereses políticos, no eran recibidas por la fiscalía.
Hoy en día, en este nuevo modelo se busca una coordinación inmediata e interinstitucional que deberá alejar estos problemas primarios que se tuvieron en la operatividad.
En esos momentos nunca se pudo tener un acercamiento pleno con la Fiscalía General del Estado de Michoacán, derivado de los egos políticos, la negación por parte del Ayuntamiento de Morelia de la firma del Convenio de Mando Único Policial y esto generó tensiones entre las instituciones involucradas y por ello consecuencias en la forma de operar de esta unidad de investigación.
Aún con este entorno hostil, se pudieron resolver muchos delitos del fuero común, con investigaciones minuciosas que realizaron los elementos municipales y poder demostrar que con una oportuna atención, la ciudadanía podía confiar en su policía, a la par que se demostraba que la mejor información que se podía obtener para una adecuada prevención de los delitos siempre será con medios locales, íntimos, de primer contacto.
¿La materia prima? ¿Los policías?
Realmente eran excelentes perfiles, la mayoría culminó sus estudios de licenciatura a la par que hacían su academia, otros ya estaban estudiando maestrías concernientes al área que se iba a operar. Todos ellos fueron entrenados por el propio Comisionado lo cual derivó que los actos siguieran la línea y estilo del propio funcionario.
Y tuvieron un buen desempeño como elementos de investigación. Desgraciadamente la coyuntura política, la mala relación con fiscalía y gobierno del estado, amén de las propias presiones
Muchos de ellos ya no están en la corporación o buscaron oportunidades en otros lados.
Al iniciar esta nueva administración, la Comisionada Julisa Suarez al parecer giro la instrucción de desaparecer esta área, en una decisión desafortunada, porque estaba en ciernes el proyecto donde se debe de contar en toda corporación municipal con esta área toral de la seguridad pública local y de nueva cuenta se tiene que invertir, cuando ya se contaba con los perfiles para cubrir esas áreas.
Concluyendo…
Quizás el sueño de Alfonso Martínez, de Bernardo León y los que de manera agregada colaboramos en ese primer esbozo, pero con la expedición del Modelo Nacional de Unidades de Investigación de la Policía, al parecer hace justicia de manera indirecta al esfuerzo hecho.
Desde el diseño propio de Bernardo, desde el apoyo irrestricto de Alfonso Martínez, el financiamiento por parte de la Federación, el innegable apoyo de la tesorero del Ayuntamiento de Morelia Alberto Guzmán y su equipo, la operación del reclutamiento, selección y capacitación en la cual estuvimos involucrados directamente el que escribe, como el personal administrativo, operativo y académico.
A la distancia espacial y temporal, sentimos que se hace justicia a ese primer esfuerzo, que era dotar a la policía de condiciones dignas de trabajo y, por otro lado, que se pudieran dictar lineamientos de formación profesional para evolucionar más allá de una simple prevención del delito, sino la disminución de la cifra negra, que es realmente el reto actual.
Enhorabuena y a trabajar en la formación de estas unidades.
Académico integrante del Observatorio de la Guardia Nacional.
Investigador del Foro Latinoamericano de Antropología del Derecho.
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