El monumento que México al mundo mostró por Arnulfo López y Eduardo Sánchez

 El monumento que México al mundo mostró por Arnulfo López y Eduardo Sánchez

Si hay algo que como especie tenemos la necesidad de aferrarnos, es a la revolución industrial. La primera forma de economía natural que conocimos fue la recolección de frutos, pasando por animales muertos – que otras especies habían cazado antes – y nosotros fungir como carroñeros. Luego llegamos a ser ese animal capaz de matar (cacería), y tener un mayor alimento. Después ya fuimos lo bastante capaces de criar plantas y animales, siendo así el fin de los nómadas para dar paso al sedentarismo.

Pero la gran epitome de la economía humana es la creación de <todos> sus alimentos y bienes, sin preocuparse por la famosa escases. Ya no tener que salir al mundo y enfrentarnos por nuestra supervivencia. Entonces, desde que el hombre empezó con ese sueño, se vio en la tarea de crear máquinas para apoyarlo en su nuevo mundo por la búsqueda de la abundancia total, buscando una fuente de energía lo bastante capaz de abastecer de poder a todas esas máquinas de abundancia, pero no solo una energía, sino que también, una verdadera materia prima lo suficientemente versátil para toda la nueva creación humana. Es aquí donde entra el petróleo como materia prima principal, sin olvidar la importancia que tiene el carbón y el gas natural.

Como resultado de lo anterior, resulta irónico que la expropiación petrolera de México se siga celebrando o conmemorando, pues la reforma energética celebrada en el 2013, acabó con el monopolio que tenía petróleos mexicanos (PEMEX). Sobre todo se perdió la mayor libertad de manejar nuestros recursos petroleros por nuestra propia cuenta, y volver a tener que recurrir a otras empresas extranjeras para explotarlo. No quiero que se malinterprete esto. El motivo principal de la expropiación petrolera en 1938, fue que las empresas extranjeras no daban las suficientes garantías a sus trabajadores. Si con la reforma actual se pierde la soberanía sobre el petróleo, o no, creo que es cuestión de que cada mexicano lo analice y determine su propia respuesta. A mi parecer, Don Lázaro Cárdenas del Río (Presidente de México 1934-1940), estaría conforme con la idea de la reforma energética actual, siempre y cuando se respeten las garantías, tanto de los trabajadores, como de la parte económica (ganancias) que le corresponde a México por dicho recurso.

Siempre nos cuentan la misma historia de que el petróleo es del pueblo y para el pueblo mexicano. Que somos los herederos de toda la riqueza que de ella emane, y como consecuencia de esto aspiramos a un desarrollo como nación. Como mexicanos pensamos o pensábamos que el principal motor económico del país era precisamente el petróleo. Pero creo que hoy el pensar ha cambiado ya que la realidad nos dice que realmente no gozamos de los beneficios de este. Ese futuro prometedor que con el petróleo tendríamos, no ha llegado. La mejor reforma energética que tendría el país, es que ya dejen de robarle a PEMEX. Pues una empresa que se dedica a la industria del petróleo, resulta altamente rentable (redituable), al grado que se producen guerras por el petróleo.

Debido a que le estuvieron robando y no invirtiendo a PEMEX, esta < empresa > dejó de ser competitiva, viéndose en la necesidad de contraer alta deuda para poder, de milagro, estar de pie. Así es como hoy se encuentra la < gallina de los huevos de oro > de México. Y un reflejo claro de su situación son los precios de las gasolinas. Y claro, no olvidemos que gran parte de la gasolina la refinan en Estados Unidos, porque ni de eso somos capaces. Pareciera que PEMEX funciona más como un monumento histórico, que como un motor de desarrollo; un monumento donde los políticos van y se paran para hablar de sus promesas de campaña. Un monumento donde los mexicanos miramos con fe hacia el futuro. Un monumento para tener una “identidad y soberanía”. El monumento que México al mundo mostro para decir: < Gobierno o individuo que entrega los recursos naturales a empresas extranjeras traiciona a la patria > – Lázaro Cárdenas del Río.

No hay que olvidar que los monumentos también caen, ya sea por los estragos del tiempo, o por los del clima o por los estragos del pueblo.

PEMEX para el gobierno representa una gran carga fiscal. Lo mejor sería que fuese puesta a la venta, y así dejar de cargar como país con algo que difícilmente tiene salvación. Esto no significa que PEMEX tenga que dejar de existir, si no que al contrario tendría más vida, solamente sus “activos” cambiarían de manos. Y con esta venta liquidar todas las deudas de la misma. Creo que de venderse, tendríamos verdaderamente una competencia. Si como mexicanos no nos preocupamos por cómo se manejó la empresa en su momento ni tratamos de rescatarla, no lo hagamos ahorita que está, como ya dije, de milagro.

Mientras la empresa esté en manos del gobierno nunca llegará el milagro. Pues un político y un pueblo que no conoce de economía están destinados a morirse de hambre. Dentro de la cadena de producción y costos del petróleo, están sus trabajadores, y por tanto su sindicato. No queremos expresar que este último sea malo, al contrario, un sindicato debería o debe de proteger a sus trabajadores dándoles mejores herramientas de trabajo y seguridad laboral, pero si su líder desvía los recursos financieros, se volvería contraproducente con lo que el General Cárdenas, quería: < Proteger a sus trabajadores y a su nación de abusos >. No basta con soluciones “políticas” que no estén verdaderamente respaldas por la ciencia económica. De lo contrario esas soluciones solo son palabras al aire. A Don Lázaro Cárdenas del Río lo que le faltó para tener una verdadera “expropiación petrolera” fue legarnos también una verdadera planeación para las presentes y futuras generaciones del país; de cómo trabajar lo que él visualizó. No fue suficiente con quitarles los activos a las empresas extranjeras, también se necesitaba defender la soberanía de la naciente empresa (PEMEX), para así, como decimos < llevar la fiesta en paz >. Pues de qué nos sirve tener recursos si no sabemos cómo planificarlos, como administrarlos, ni cómo distribuirlos.

PEMEX, o se vende, o se defiende de tanto robo. No podemos volver a pesar que nuevamente nuestra aportación monetaria es la clave para el rescate de esta empresa, como sucedió en la < expropiación petrolera >. Esperemos que el nuevo descubrimiento del yacimiento petrolero Dzimpona-1EXP, ubicado en Dos Bocas, Tabasco, logre salvar realmente a Petróleos de México, y que ahora sí se trabaje como Dios manda, dándonos un reinicio. De lo contrario, es mejor seguir con la postura de venderla. Pero dudo que cambie algo si no tomamos el control como pueblo. Simplemente hay que ver su el slogan en lo más alto de este monumento < Por el rescate de la soberanía >.

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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