Juguetes… Prejuicios de género, por Luis Antonio Cortés Salinas
El rol de género es una construcción socio-cultural que ha sido impuesto por generaciones.
Las mujeres “deben dedicarse a las labores del hogar” casarse, criar a los hijos, cocinar, etc. Y los hombres “deben ser los proveedores”, los que trabajan y llevan el sustento a la casa, no deben lavar platos, mi ropa, ni nada que sea propio de las mujeres.
Convenientemente los roles de género fueron establecidos para favorecer el patriarcado y el machismo, así mismo para esclavizar a la mujer, quitándole las oportunidades de desarrollarse en otros ámbitos, como el laboral.
Lo mismo pasa con los juguetes; que las cocinitas, hornitos, juegos de té y muñecas para las niñas, por que con ello se les va encaminado a maternar, a “ser buenas esposas” y encasillarlas a las labores del hogar.
Mientras que a los niños se les regala juegos de química, astronautas, bomberos, policías, médicos y kits de construcción, para irles formando la idea que los hombres pueden ser lo que deseen.
¿Cuántos niños se quedaron con las ganas de recibir una muñeca? O ¿Cuántas niñas recibir un juego de automóviles?
Y es que los prejuicios que siguen diciendo que el azul es para los niños y el azul para las niñas impiden ver más allá.
Ha habido casos de testimonios de profesionistas exitos que cuentan sus historias y como los prejuicios les limitaban .
Por ejemplo un gran chef reconocido a nivel mundial que siempre pidió un hornito y nunca le llegó y cuenta que el quería el hornito porque su sueño era cocinar y convertirse en un gran chef internacional.
O el caso de una exitosa corredora profesional de la fórmula 1 a la que nunca le llegó el carro a control remoto que pedía por que los carros eran solo para los niños y ella solo soñaba con poderlos correr y ser lo que ahora es.
Pero también ¿a cuántas niñas y niños se les impidió jugar con lo que soñaban? Esos niños que desde muy pequeños ya se autopercibian con un género distinto al que les asignaron al nacer y que hasta golpes recibieron cuando los sorprendieron jugando con las muñecas de sus hermanas.
¿Cuántas caritas desilucionadas hay cada 6 de Enero, por que los Reyes Magos no les traen lo que piden? ¿Cuántos insultos tiene que recibir un menor por ser distinto a lo que nos han enseñado que es lo “normal”?
Dejemos que las niñas y los niños sean libres y decidan con que quieren jugar, nunca sabemos en que gran profesional se puede convertir o cuanta felicidad le estamos realmente regalando.
Y ¿no es ese el propósito de la vida? !ser felices! Y ¿no es ese el propósito de las mamás y papás? Ayudarles a ser felices a sus hijos e hijas.
Los juguetes no tienen género y los papás no deberían tener prejuicios sobre sus hijos.