Mi primera navidad… sin ti por Juan Pablo Santos

Ya estamos en una de las épocas más significativas y deseadas del año, la navidad.

Esta fecha puede llegar a ser tan esperada porque nos da un motivo muy especial para reunirnos con nuestros familiares que muchas veces viven en otras ciudades o incluso en otros países.

También navidad implica ver a esos grandes amigos que nunca nos abandonan, que siempre están acompañándonos cosechando los frutos de la vida o secando nuestras lágrimas en momentos difíciles para nosotros, para algunos otros esta navidad la compartirán por primera vez con su pareja o posiblemente con su primer hija o hijo, y por ese simple hecho ya será algo inolvidable.

Sin embargo no todos transitamos por el mismo camino, hay quienes incluso pueden llegar a desear que ese día se borre del calendario porque representa la primera navidad sin ese ser amado que puede ser un padre o un madre, un hermano o hermana, un tío o una tía, un hijo o una hija, una esposa o un esposo.

Esta fecha, sobre todo cuando es el primer año representa ese choque con la realidad que nos recuerda que nuestro ser amado murió y que físicamente ya no podrá estar entre los vivos, pero eso no significa que nuestra capacidad de disfrutar a quienes si tenemos también haya muerto. Tal vez, por eso Santa Teresa de Jesús decía: no te mueras con tus muertos.

Para muchos el celebrar esta fecha podría implicar hasta un conflicto al interior de su familia, ya que algunos posiblemente pensarán que el reunirse implica una grave falta de respeto para la memoria del ahora difunto, otros opinarán que no tiene nada de malo el convivir y celebrar con la familia y/o amigos.

Sea cual sea la postura en la que te encuentres, ten claro algo: no te sientas presionado para hacer tal o cual cosa, el proceso de duelo es algo estrictamente personal y como tal así debe quedarse.

Si es tu deseo reunirte con la familia y pasar tiempo de calidad con los que siguen en esta vida, hazlo.

Recuerda que no hay mejor forma de honrar a nuestros muertos que con nuestra propia dicha y felicidad y eso no quiere decir que los olvidamos, eso quiere decir que entendimos que ellos dejaron de vivir entre nosotros para vivir en nosotros.

Cierro este artículo compartiéndoles una frase que acuñé durante el funeral de mi abuela paterna, una mujer valiente, irreverente y con su característico sentido positivo ante la vida. “Que tu amor sea más fuerte que su propia muerte”

Y recuerda que pase lo que pase, elegirás primero tu estabilidad emocional

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