Reaccionar sin prospectar. El pan nuestro de cada día en la Seguridad Municipal de Morelia

 Reaccionar sin prospectar. El pan nuestro de cada día en la Seguridad Municipal de Morelia

Hoy en día, en Morelia tenemos situaciones y hechos que, mezclados con la situación de la pandemia, nos hacen reflexionar sobre el manejo de las fuerzas de seguridad pública y que tan familiarizados están sus mandos con respecto al devenir social y cultural de la ciudad.

La semana pasada, ocurrieron hechos lamentables donde se ha evidenciado el total desconocimiento de las habilidades y principalmente de una estrategia por parte de las autoridades de la Policía Municipal de Morelia, donde sin duda queda tristemente desnudada la poca gerencia y administración policial que existe y por otro lado, nos revela el total descontrol del estado de fuerza policial y su poco conocimiento del mismo.

Hay barrios y colonias que se han comenzado a organizar para tomar justicia por su propia mano, derivado de la propia ineficiencia de la “estrategia” que ha sido tomada por parte del gobierno municipal. Al parecer trabajar sin rumbo y con un desconocimiento del terreno que se pretende vigilar, amén de la falta de una presencia por parte de los cuerpos de seguridad municipales, nos esta evidenciando que el camino trazado o ruta crítica que están siguiendo, no es precisamente la adecuada, ni tampoco está arrojando los resultados que se esperan por parte de la ciudadanía.

En cambio, la autoridad municipal, sigue en un limbo creyendo que su camino es el correcto. Si tomamos como corrección, la falta de un despliegue de personal, la falta de unidades patrullando la ciudad, personal que no es aprovechado en áreas que podrían ser utilizados con base en sus talentos y habilidades, además de que tampoco es aprovechada la infraestructura creada para descentralizar la acción policial, pues sin dudarlo, es el camino correcto… para la perdición de la ciudad.

Al parecer nuestras autoridades municipales, andan en otros asuntos, sin preocuparse por el eje esencial y toral de todo gobierno: La Seguridad de sus gobernados. Y por otro lado, el gobernar con el eje de seguridad, nos debe de mantener ocupados no sólo con el despliegue policial, sino con soluciones de carácter interinstitucional para brindarle al ciudadano la apropiada defensa de su derecho humano consagrado en la constitución.

La Policía, como toda institución de carácter público gubernamental, debe ser el eje central donde se desplieguen políticas públicas acordes al devenir de nuestra ciudad, y con el conocimiento de causa de las posibles soluciones a los conflictos sociales e incluso culturales que se generan en Morelia. Desde la resolución adecuada de conflictos (sobretodo los de carácter vecinal) hasta su participación inmediata en los procesos legales contra los delincuentes aprehendidos. Nada de esto que se ha aducido se esta inventando, esta establecido en el Modelo Nacional de Policía.

Pero, siempre hay un pero que señalar…

La Policía no esta funcionando para las labores que fue diseñada. Incluso ha sido modificada para volver a trabajar en la vieja escuela. Si, esa vieja escuela discrecional y sin rendición de cuentas o transparencia de los actos que realiza.

Todo esto, derivado de las prácticas arcaicas de sus propios mandos o directivos, que desconocen el trabajo o diseño de las políticas de seguridad que se necesitan para la propia ciudad y que se han dado a la tarea de querer “crear” un diseño propio, cuando el modelo y las buenas prácticas que hay en la materia, retomadas de otras experiencias, por cierto, basadas en el Modelo exitoso de Morelia.

Y en ningún momento podemos culpar al personal, porque hay policías muy bien capacitados dentro de la propia corporación municipal, quienes a lo largo del trienio anterior recibieron cursos especializados en mediación, en negociaciones, en operatividad y en una oportuna atención al ciudadano. Ninguno de esos cursos, -por cierto, inversiones de los propios ciudadanos por medio de los impuestos-, está siendo aprovechados por los elementos, dado que al parecer el mando no tiene las intenciones de aprovechar al personal como es debido o en su defecto en una situación de liderazgos detectados.

Hechos como los sucedidos la semana pasada, en la plaza Capuchinas, como los homicidios que están sucediendo en diversas zonas de Morelia, las sustracciones de los cajeros automáticos del propio Centro de la ciudad y que son consecuencias de no contar con una presencia policial adecuada, son las consecuencias de no auditar de una manera oportuna a nuestras fuerzas de seguridad y exigirle a quien le corresponde, en este caso al Ayuntamiento de Morelia y a sus mandos, directivos y en este caso al nuevo edil, que den resultados de una manera pronta, con una política interinstitucional definida, coordinada para poder negociar o mediar, sin llegar al uso de la fuerza y sin arriesgar a los policías, que únicamente cumplen las órdenes – por cierto erróneas y sin estrategia, tanto del mando operativo, como del mando directivo.

La Seguridad de Morelia debería ser construida desde el territorio, del personal y la estrategia y no desde la comodidad de una oficina, como sucede ahora.

JOSÉ ALBERTO GUERRERO BAENA

Coordinador Estatal en Michoacán de la Internacional Police Association (IPA)

Delegado Estatal en Michoacán de la Red Nacional de Profesionistas en Seguridad Pública. AC.

Coordinador del Observatorio de la Guardia Nacional Capítulo Michoacán.

Académico integrante del Observatorio de la Guardia Nacional.

Doctorante en Política Criminal por la Universidad de Sussex, Reino Unido

Investigador del Foro Latinoamericano de Antropología del Derecho.

http://www.flad-la.org

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Redaccion Indicio Michoacán

Redacción

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